JUEGO DE VENCIDAS
2 de julio - 2019

Mientras la sindicalizada trata de poner en jaque a Camacho Higareda, aprovechó la protesta para trasladar un salón de belleza y aplicar tratamientos a sus “compañeras de lucha”

Por Edgardo Cabrera

El conflicto entre la delegada de la sección 31 del SNTE en la USET y el secretario de Educación Pública, Manuel Camacho Higareda supera el mes y los principales afectados son los trabajadores de la educación y la ciudadanía que deben acudir a las instalaciones de la secretaría a realizar trámites pero se encuentra con la desagradable sorpresa de que está cerrada.

Gwendolyne Amaro Ramírez, cabeza de dicha delegación, está montada en su macho de ser ella quien negocie directamente con el titular de la Sepe un pliego de peticiones que escalan de lo modestamente justo, a los abusos y excesos.

Amaro Ramírez, hermana de Ricardo, uno de los allegados de la coordinadora de programas federales, Lorena Cuéllar, tomó por asalto las instalaciones de la Unidad de Servicios Educativos desde que inició con su protesta y asegura que ahora, al cierre del ciclo escolar, la dependencia caerá en la ilegalidad al emitir documentación que carece de los requisitos legales, toda vez que archivos e incluso papelería se encuentra al interior de esas oficinas.

Pero mientras la sindicalizada trata de poner en jaque a Camacho Higareda, aprovechó la protesta para trasladar un salón de belleza y aplicar tratamientos a sus “compañeras de lucha”, por cierto, las imágenes que salieron a relucir en redes fueron subidas por ellas mismas en un acto de torpeza o cinismo, ya no entendemos.   

También en este lapso ha quedado al descubierto la ineficacia del líder de la sección 31, Demetrio Rivas Corona, quien en estricta jerarquía sindical debería atender Gwendolyne Amaro y en coordinación con el secretario de educación sentarse a dialogar para llegar a un acuerdo, pero es claro que al dirigente lo que menos le interesa es atender a sus agremiados.

Por lo pronto siguen corriendo los días y esta semana cerrará el ciclo escolar en medio de la incertidumbre ante el juego de vencidas de todos los involucrados en este conflicto a quienes lo que menos les interesa es el bienestar de alumnos y trabajadores de la educación.

VITUPERA

“Alabanza en boca propia es vituperio” y eso es lo que ocurre una y otra vez con la coordinadora de delegaciones y sus lacayos que le construyen desde auto felicitaciones hasta encuestas a modo y castillos en el cielo.

Recordemos que ante la falta de felicitación y al menos mención, durante la visita del presidente López Obrador a Tlaxcala recurrieron a la patética “estrategia” de utilizar una foto donde la virreina es apapachada por AMLO (al igual que hace con todas su seguidoras) y colocarle encima unas frases de auto felicitación.

Ahora en su más reciente invención, se aventaron la puntada de asegurar que la señora es de las cuatro delegadas “consentidas” por el presidente por lo que fue requerida en la plancha de la Constitución en la Ciudad de México para participar en la organización de los festejos del primer año del triunfo del tabasqueño en las elecciones, ¡vayaaaa, logro!

La realidad es que, al igual que miles de funcionarios y servidores públicos más, así como morenistas, fueron citados para montar el tinglado y eso no significa necesariamente reconocimiento, sino más bien desquitar el sueldo que a la fecha –para el caso de la virreina- sólo lo ha empleado para promocionar su imagen a costa de crecientes quejas por su ineficiente labor.  

Lo que es aún peor, se habría comprometido a llevar 100 autobuses de acarreados al evento, sin embargo ni media centena pudo llenar de ahí que recurrió a solicitar la ayuda del partido del que se llevó un portazo por su protagonismo y es que de manera paralela la militancia ya se había organizado para acudir.  

Pero insisto, el vituperio simplemente evidencia su urgente necesidad de seguir construyendo la fantasía de que es la candidata (por derecho y antigüedad) a la gubernatura por Morena, sin embargo ya vio que no está sola en la pelea y ser la más conocida en las encuestas patito no significa que sea la más querida, basta revisar sus negativos. 

Su caso me recuerda tanto al de Minerva Hernández y Adriana Dávila que a estas alturas de la sucesión por la gubernatura andaban por las nubes en las mediciones y se sentían ganadoras sin siquiera iniciar campaña, ilusión que terminó cuando surgieron precandidatos oficiales y luego candidatos… al tiempo.