¿Exclusividad?
11 de abril - 2019

Por Mauricio Hernández Olaiz

Llamó poderosamente mi atención una más de las desafortunada declaraciones que ha venido emitiendo la súper delegada en Tlaxcala, Lorena Cuéllar también de apellido Cisneros. 

Usando uno de sus medios oficiales, la diputada federal con licencia, trató de evidenciar al Sistema estatal para el desarrollo integral de la familia (DIF), al afirmar que la dependencia había anunciado convocatorias para censar a los adultos mayores pretendiendo utilizar los programas federales para su conveniencia.

Pero Cuéllar fue más allá al advertir, de manera tajante, que la única facultada para realizar censos es la secretaría del bienestar que ella preside en el estado, en otras palabras, la única que puede crear y generar una estructura electoral en el estado es ella.

Reiterando que un servidor no es fan de los programas asistencialistas, vengan de donde vengan, las declaraciones de la ex senadora me causaron sorpresa y hasta cierta risa, pues ahora resulta que ella pretende tener la exclusividad de los programas asistencialistas y las bases de datos de la población beneficiada.

Tengo entendido que los estados son independientes y por tal motivo pueden llevar a cabo programas que consideren sean en favor de su población, finalmente estos serán financiados con el presupuesto del estado no de la federación. En otras palabras, el gobierno de Mena, a través del DIF o de la instancia que considere, está facultado para llevar a cabo las acciones  necesarias para apoyar a su población, ya sea con programas asistenciales, o de cualquier índole, que incluso, incluyan censos para conocer el estatus de la población.

Me parece por demás preocupante que la súper delegada quiera tomar atribuciones que no le corresponden. Es cierto que ella es la responsable de los programas federales, pero no puede, ni debe decir al gobierno tu no hagas esto, ni mucho menos denostar al DIF por hacer un censo de adultos mayores, finalmente el Deber Ser del DIF es precisamente el del desarrollo de las familias, y si quiere saber cuántos adultos mayores hay en el estado, pues está en todo su derecho.

Pese a todo afirmó que se reunió con ellos para dejarles en claro las cosas: “La reunión fue para darles a conocer los programas que estamos llevando, la idea es que no hagamos un doble trabajo, detectamos que había hecho una convocatoria el DIF estatal para un censo con los adultos mayores y aclaramos que quien hace los censos somos nosotros a través de la Secretaria del Bienestar, esto fue para que no dupliquemos acciones y no confundamos también a las personas”. No confundamos a las personas, dice la súper, pero…¿no será Lorena la confundida?.

Cuéllar afirma que el DIF buscaba aprovecharse de los programas federales, pero en ningún momento mostró evidencia o pruebas contundentes que así lo reflejaran. Si el gobierno de Mena a través del DIF quieren apoyar a adultos mayores están en perfecto derecho y armonía constitucional, siempre y cuando el dinero de tal programa sea del presupuesto del estado, jamás la ex presidenta municipal mostró que el censo del DIF estuviera encaminado a entregar recurso federal, en todo caso si así fuera, vía DIF nacional, debería agradecer la ayuda dado el tremendo atraso que su secretaría tiene en los distintos censos (electorales) que está construyendo.

Ya hace unas semanas Cuéllar Cisneros había evidenciado al diputado local, Miguel Ángel Covarrubias, por querer aprovecharse en su distrito  de los programas creados por el campeón del asistencialismo mundial, situación que le valió una respuesta directa del legislador desde la máxima tribuna del estado, que palabras más palabras menos,  le invitaba a que, dado su profuso atraso en los censos,  se pusiera a trabajar , a cumplir con sus obligaciones antes de andar muy preocupada por lo que hacen los demás. 

De parte del DIF o del gobierno de Mena no hubo una respuesta a dichos comentarios, tal vez para no seguirle el juego. Finalmente, tanto en el caso Covarrubias como con el DIF- gobierno, si hubo un exceso, falta o uso indebido de recursos, hay instancias legales para dirimirlos, no en los órganos oficiales de Lorena.

La súper delegada no tiene la exclusividad del asistencialismo en Tlaxcala, ni la de los censos. Finalmente usted amigo lector, si le da la gana reventarse mañana un censo o bien quiere apoyar a una comunidad con sus propios recursos, está en todo su derecho, y nadie se lo puede impedir, mucho menos la delegada del bienestar que confunde sus responsabilidades y obligaciones, con sus anhelos y deseos.

Ya lo comentaba con detalle la semana pasada en mi columna titulada el Voto enmascarado, los censos buscan integrar una enorme estructura electoral y los pagos asistencialistas, garantizar un voto duro a morena, es por ello que Lorena pelea con uñas y dientes que nadie más haga lo mismo, pero reitero no tiene la exclusividad, ni legal y mucho menos moral.

Pero más llama la atención que los súper asesores de la ex diputada local, o los propios responsables de sus espacios oficiales, no le hagan ver que ese tipo de notas, más que ayudarla la perjudican, como cuando quiso desnudar a la SEPE y a su titular Camacho Higareda con lo del retiro de las claves escolares a las estancias infantiles. Al final el tiro les salió por la culata. 

Las declaraciones de que no todos caben en el gobierno federal, haciendo referencia a la molestia de los militantes de Morena por no tener un espacio en la cuarta, y un salario también, fue toda una joya. Pero cuando Lore la sacó del estadio fue cuando trató de justificar el nombramiento de amigos, compadres, y aplaudidores en las distintas direcciones de la secretaría del bienestar, al afirmar que esos puestos estaban más que justificados por su perfil profesional. Chofer, maquillista, peinadora y socialités resultaron ser esos mentados perfiles.

Ya lo decía en su columna la casa del Jabonero nuestro colega Edgar García Gallegos. La peor enemiga de Lorena Cuéllar es, precisamente, Lorena Cuéllar.

@olaizmau