El Voto Enmascarado
4 de abril - 2019

Por Mauricio Hernández Olaiz

Recuerdo aquella llamativa declaración emitida por la delegada del Bienestar en Tlaxcala, Lorena Cuéllar, el pasado 5 de diciembre del 2018. Luego del informe del Gobernador Marco Mena; en donde presentó su programa estatal Supérate para combatir la pobreza, la funcionaria federal manifestó que era necesario conocer su objetivo básico pues “los programas no deben ser asistencialistas”.

Yo no soy fan de los programas asistencialistas, vengan de donde vengan, pero luego de aquella declaración atípica de la ex senadora, se dio a conocer el inicio de la elaboración del llamado censo del bienestar para brindar apoyos a la tercera edad, a los jóvenes, personas con discapacidad, así como las tandas empresariales y los apoyos al campo.

Bajo un esquema de lucha ideológica Andrés Manuel López Obrador, personalmente, quiere ser el que entregue beneficios en económico y en especie a los mexicanos más necesitados, quienes seguramente no tendrían objeción en regresarle el favor en un futuro no muy lejano. El asistencialismo es en sí, una compra de voto adelantado, el asistencialismo no se preocupa por el ahora sino por la elección de mañana, no conozco pueblo que se haya convertido en potencia gracias a sus programas asistencialistas.

Además sería importante definir porque los apoyos propuestos por el gobernador si son asistencialistas y los del gobierno federal no lo son según Cuéllar. Finalmente para un servidor los apoyos a todos los sectores mencionados son claramente un voto enmascarado. 

Andrés Manuel ha afirmado de manera tajante que ninguno de sus programas sociales será con fines electorales. No se condicionarán apoyos a nadie, dice ,y sonaría lógico viniendo de alguien que ganó el voto ciudadano y de manera abrumadora, sin embargo el reto ahora es sentar las bases para que su proyecto de gobierno no dure sólo seis años, quiere que la Cuarta Transformación trascienda su sexenio y, al parecer, la manera de hacerlo es con una estructura como la que tuvo el PRI en sus mejores momentos.

Pero suponiendo, sin conceder, que el primer mandatario no requiera de una estructura bien cimentada, un censo fiel y confiable de los receptores de todos los apoyos gubernamentales, eso no quiere decir que los operadores estatales de Morena no lo usen para tales fines, especialmente los encargados y responsables de censar y entregar en sus manitas a cada uno de los beneficiarios.

Un listado de personas, una estructura asistencialista firme, es oro molido en época electoral, por ello cada apoyo entregado es en realidad un voto enmascarado, y eso lo saben bien los responsables de llevarlo a cabo.

Aunque los programas asistencialistas no son exclusivos del actual gobierno, si se busca un perfeccionamiento de ellos, una base sólida y agradecida a la cual no sea necesario pedirle el voto a la hora buena, ya lo han entregado desde el mismo día en que reciben su primer depósito, en todo caso solo estarán a la espera de saber la línea, el color o la persona favorecida por el redentor de la patria para entregarle ese voto enmascarado, que por fin mostraría su rosto sucio y apestoso.

Finalmente basta revisar quién es el responsable del programa “jóvenes construyendo el futuro” con el que buscan dar empleo como aprendices a dos millones 300 mil muchachos, y 300 mil becas a estudiantes universitarios de familias pobres, además de aquellos que se matriculen en las aún inexistentes universidades comunitarias Benito Juárez. Horacio Duarte, sub secretario del trabajo, es un operador político estrella del de Macuspana y quién está a cargo de los programas antes mencionados, y no es que Duarte sepa mucho de temas laborales, pero de elecciones pocos, muy pocos como él.

Seguramente los beneficiarios de los programas del bienestar o el voto enmascarado, no estarán de acuerdo, pero ni en una sola línea, con quien esto escribe, pero en este sentido les recuerdo las palabras del propio presidente cuando era un simple candidato.

“Tomen todo lo que les ofrezcan, finalmente ellos no lo pagan de su bolsa, son recursos de todo el pueblo, pero a la hora de votar háganlo pensando en el bienestar de todos, no solo de unos cuantos” tristemente con los censos del bienestar también se aplica pues no son para todos.

Finalmente a mí nunca me preguntaron, ni por consulta, si estaba de acuerdo en que mi dinero sea entregado en programas asistenciales, fue una decisión unilateral del presidente, igual que todos sus antecesores tan criticados, tan ruines, pero no pasa nada, si ese dinero puede servir a familias a salir adelante, excelente, con gusto, solo espero que luego no quieran cobrárselos desenmascarando al voto.

@olaizmau