Por Edgardo Cabrera

Por enésima ocasión, Víctor Manuel Cid del Prado quedó evidenciado como un personaje deshonesto que miente un día, y al otro también

No hace mucho, mi compañero periodista José Luis Ahuactzin lo entrevistó respecto a la contratación de su hija Vanessa en el Tribunal Superior de Justicia, el cuestionamiento lo enfureció, de mala gana contestó con un: “se trata de un chisme molero”, al tiempo de negar la información que Gentetlx tenía confirmada.

Con documento en mano (se trata del acta de sesión extraordinaria 09/2019 del Consejo de la Judicatura, celebrada el pasado 8 de febrero) se comprueba que no solamente su hija fue contratada, sino que dicho procedimiento contraviene la ley, así como la ética y moralidad.

De entrada, porque en la mencionada acta se da cuenta que, sin contar con carrera judicial, Vanessa Cid del Prado Hernández fue adscrita a la primera ponencia de la Sala Penal en la cual la presidenta es la magistrada Rebeca Xicohténcatl Corona, cuyo marido fue contratado en la CEDH por esas mismas fecha.

Pero por si fuera poco y grave lo anterior, resulta que la mencionada hija del ombudsman se acreditó como licenciada, sin embargo, tras realizar una búsqueda en el Registro Nacional de Profesiones no aparece, con lo que se estaría constituyendo no solamente una violación a la normatividad del poder judicial, sino en materia penal al usurpar funciones.

Vaya flaco favor que Cid del Prado le hizo a su hija al recomendarla en el TSJE, ahora deberán responder por dichas acciones y enfrentar las consecuencias.

UNA MÁS

El viernes en el programa Mesa de Redacción, la abogada Félix Pozos Palafox reveló otra serie de deplorables prácticas que la llevaron al Congreso del estado para solicitar la remoción del presidente de la CEDH.

Expuso que además de flagrantemente violar la Constitución Política del estado al presupuestar un sueldo de más de 80 mil pesos mensuales para cada uno de los cuatro consejeros consultivos honoríficos (como también documentó Gentetlx), al seno de dicho organismo existen violaciones a los derechos humanos.

Relató que en la defensa de un menor, cuyo caso lleva precisamente la abogada Pozos, el ombudsman habría frenado el procedimiento correspondiente, pero además, en al menos una ocasión, se negó a atender a la parte quejosa argumentando que “su prioridad y derecho humano era desayunar primero y luego dar audiencias”.

Y no sólo lo anterior, reveló que fue testigo de humillaciones al personal de la propia CEDH por parte de Cid, a los que trata como sirvientes.

La mesa está puesta y servida, ya veremos si los levantadedos le entran o mantienen su misma política de dejar pasar mientras no les afecte en sus intereses económicos y políticos.