EL ARTE DE OCULTAR
6 de febrero - 2019

Por Edgardo Cabrera

Una vez más quedó demostrado el arte de ocultar fortunas generadas desde lo político, ahora fue el caso del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, quien hizo lo propio derivado de su nuevo cargo como funcionario del gobierno de su amigo Andrés Manuel López Obrador.

Revisar su declaración patrimonial nos deja más dudas que respuestas, y es que, como ocurrió con Lorena Cuéllar en su momento, su estilo de vida y sus propiedades distan mucho de lo que hacen público.

Con dicha información hoy sabemos que además de político, el ex senador también se dedica a la construcción, claro, no le hace a la cuchara de albañil, sino accionista de tres empresas.

También es accionista en una empresa del ramo de la recreación, preside una asociación civil y ahora funcionario federal de donde obtiene un ingreso de 105 mil 442 pesos mensuales.

De sus bienes declaró un departamento, dos terrenos, tres vehículos y tres cuentas bancarias, pero los montos no coinciden con la realidad, por ejemplo, se ignora a cuánto asciende “Rancholandia”.

Aún así, y con todo y las dudas, lo reportado en la declaración evidencia que a su paso por la política sí forjó una gran fortuna lo que deja en claro que no aplicó eso de la austeridad republicana que pregona el presidente de la República, ni ha vivido en la honrosa medianía de Juárez.

APUESTA

Dado que es obligación, esperaremos con ansías conocer lo que declare otro ex gobernador, José Antonio Álvarez Lima quien ahora cobra como director de Canal Once.

Y es que el también senador con licencia ha sabido ocultar muy bien su fortuna ya que en los tiempos que gobernó Tlaxcala la transparencia “no era tema”, amén de que la mayor parte de su vida personal y social la ha realizado fuera de la entidad, de ahí que pocos conozcan el patrimonio de este añejo personaje.

Pero dado los antecedentes de las declaraciones, y el arte de ocultar, no se esperan mayores sorpresas.

LLAMADO

En el marco de la conmemoración de la promulgación de la Constitución Política, el orador del acto oficial realizado en Tlaxcala dio la nota.

Y es que el titular del Sepuede, Florentino Domínguez llamó a la tolerancia y a detener los delirios de grandeza.

Por supuesto que el mensaje tuvo más de un remitente, para empezar, varios levantadedos que ya se soñaron hasta como gobernadores, o esos funcionarios federales, como la virreina, cuyo único fin ha sido convertirse en gobernadora sin importarle el bienestar del pueblo ni en dar resultados en sus funciones.

Pero como la ambición es harta, dudamos que quepa en los levantadedos (o en las desbocadas suspirantes) la tolerancia y humildad, ya que en su pensamiento tampoco existe conciencia de que los cargos públicos, como dijera el “profe”, “son tan efímeros como un abrir y cerrar de ojos”.