Por Edgardo Cabrera

Si algún asunto se espera que no prospere o simplemente se quiere negociar políticamente, es necesario crear una comisión especial, esa fue la premisa de más de una de las legislaturas locales en la época del viejo régimen.

Y las había desde las “especiales” para analizar conflictos políticos, hasta aquellas para organizar sanciones a diputados o integrantes de organismos públicos, también para evaluar a magistrados, todas con los mismos resultados: un trabajo opaco, faccioso y al final acuerdos consensuados con las partes involucradas.

Ahora, en la era de la cuarta transformación no se vislumbra que lo anterior sea diferente, ya vimos que con sólo unos cuantos meses en el cargo han sacado a relucir los nuevos levantadedos las mismas mañas del pasado pero “perfeccionadas”.

A la fecha éstos han batido los récords al arranque de una legislatura, ya suman cinco los grupos integrados con fines meramente convenencieros para la mayoría que controla el Congreso, entre ellas una para darle seguimiento al juicio político contra la presidenta del IAIP; otra integrada de forma ilegal para revisar y opinar en materia presupuestal (entrometiéndose en el trabajo de la Comisión de Finanzas y Fiscalización); y ahora una para buscar la “declaratoria de alerta de género”.

En lugar de estar buscándole mangas al chaleco, los levantadedos deberían primero ponerse a trabajar en las comisiones legalmente reconocidas, ya que hay algunas, como la de Salud, que no han dado ningún resultado, es más, ni ha sesionado como lo ordena la ley, eso sí, su presiente Víctor Castro anda de revoltoso entrometiéndose en la vida interna de otros partidos, sindicatos y poderes.

RETO MAYÚSCULO

Los panistas tienen este domingo la elección de su dirigente estatal y todo parece indicar que la definición de su nuevo líder se dará en una segunda vuelta.

Bajo este escenario, los cálculos internos son en el sentido de lograr al final la comunión de los votos de Ángelo Gutiérrez y Asael Corona contra la fórmula de Gilberto Temoltzin.

Y es que según algunos estudios demoscópicos que comenzaron a filtrarse, ninguno de los tres tendría la diferencia requerida de al menos 5 por ciento de los votos, respecto del segundo lugar, para alzarse con la victoria.

Una de las encuestas posiciona a Asael a la cabeza pero en empate técnico con Temoltzin, el primero traería el 34 por ciento de las preferencias, mientras que el segundo 32 por ciento; Ángelo vendría en tercero con 22 por ciento.

De llegar a cumplirse el domingo éste pronóstico, en segunda vuelta podría concretarse la derrota del oriundo de Chiautempan quien seguramente le apostaría a no llegar a esa ronda e imponerse desde la primera votación.

Pero sin importar quién gane, los panistas tendrán que pensar en una eficiente operación cicatriz para no registrar una fuga de sus escasos militantes y liderazgos.