Incongruente
7 de diciembre - 2018

Por Edgardo Cabrera

Luego de que esta semana Claudia Pérez Rodríguez rindiera protesta como diputada federal de Morena, por el distrito 3, nos enteramos que se reactivó su proceso de expulsión del PAN, mismo que fracasó en tribunales meses atrás.

Ahora sí, dicen, la principal prueba de su deslealtad es el hecho de que asumiera una curul bajo las siglas de otro partido político.

Veremos si en esta ocasión sí es eficiente el equipo jurídico de Acción Nacional, el cual se convirtió en una burla cuando a pesar de ser notoria y pública su deslealtad a dicho instituto, fueron incapaces de emprender un adecuado y eficaz juicio en su contra.

Pero más allá de los dimes y diretes legales, es mera cuestión de congruencia y honestidad que la ahora diputada federal renuncie a la militancia y deje de meter las manos en los asuntos internos de ese partido al que, claramente, le quiere cobrar factura por no haberla apoyado para que alcanzara una curul hace tres años.

No son pocas las voces que han documentado la injerencia de sus cercanos en el proceso interno del PAN para renovar la dirigencia estatal, incluso, nos dijeron, están por exhibir pruebas en las que se ve a Pérez Rodríguez operando en contra de la fórmula de Ángelo Gutiérrez y que impulsa su archi enemiga, Adriana Dávila.

Si bien hay otros que la defienden –por conveniencia, interés, miedo o deuda-, lo cierto es que flaco favor se hace ella misma al entrometerse en los asuntos internos de un partido político y no mostrar congruencia al renunciar a una militancia de un instituto en el que no cree.

RIESGOSO

Buena convocatoria tuvo la alcaldesa capitalina, Anabell Ávalos, al rendir su segundo informe de labores, de entrada el gobernador Marco Mena estuvo presente, al igual que dirigentes de varios partidos, diputados, políticos y medios de comunicación.

Entre lo que más llamó la atención es que dijera en este contexto que “mete las manos al fuego” por sus policías municipales, y los eximiera de cualquier acto de corrupción.

Su señalamiento no sólo es aventurado, sino riesgoso, y es que basta revisar las encuestas sobre la percepción ciudadana de las instituciones, autoridades y representantes populares, para constatar que entre los peores calificados se encuentran los cuerpos de seguridad pública.

Al parecer ese indicador no le fue presentado a la alcaldesa, ya que al decir que mete las manos al fuego por ellos está comprometiendo su imagen a un grupo que claramente se ha visto rebasado en temas como el robo de autopartes, asaltos a negocios y casa habitación, así como narcomenudeo.

Quizá le habría convenido más decir que les da su voto de confianza, porque eso de confiar ciegamente en ellos no manda buena señal a los ciudadanos que podrían inhibirse a denunciar posibles actos de corrupción o extorsión del que sean objeto.

VOCACIÓN CULTURAL

Entre lo positivo destacó el anuncio que hiciera con relación a la inclusión del Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción, en la Lista Indicativa del Centro de Patrimonio Mundial.

Con ello se busca que sea reconocido por la Unesco como patrimonio mundial, algo que derivará en mayor turismo y derrama económica.

Se espera que sea en el año 2019 cuando se alcance la denominación en colaboración con el gobierno del estado, toda vez que ayer mismo la alcaldesa comprometió al gobernador Marco Mena para que en conjunto trabajen en la etapa final de este proyecto.

De alcanzar la meta, el 2019, año en que se conmemora los 500 años del encuentro hispano-tlaxcalteca, se consolidará la capital del estado como una sede de lujo para la cultura, considerando también el asentamiento de la Secretaría federal.