La doblada
29 de noviembre - 2018

Por Mauricio Hernández Olaiz

Ya lo decía con claridad Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano “Un gobierno que controla los poderes ejecutivo y legislativo, como la creación de delegaciones federales únicas en los estados a manera de prefecturas designadas desde el centro,  pueden marginar a las autoridades electas localmente y constituirse en el verdadero poder local».

No hay indicio alguno, en los casi 18 años de campaña de López Obrador, en donde hable, comente, o haga mención de estas preocupantes prefecturas, súper delegaciones o virreinatos, tal vez en alguno de sus múltiples libros – que no he leído todos-, comente o discierna sobre el asunto, pero en realidad no existen referentes sobre estos personajes que harán de orejas, de chismosos, de lo que sea para el mesías federal.

Este miércoles se llevó a cabo el primer conclave entre las autoridades legalmente elegidas por el pueblo de Tlaxcala y aquellas que con un maldito dedazo – aquel que decían odiar- fueron nombradas por el aún electo y que solo serán el contrapeso, el escrutinio del gobierno bajo la excusa histórica de que los gobernadores son corruptos y ya se les acabó.

Soy un crítico severo de aquellos que utilizan sus espacios para denostar o burlarse de los personajes políticos por su apariencia, edad o vestimenta, sin embargo, en esta ocasión deberé hacerle a lo AMLO – que por ahí digo una cosa y luego hago lo contrario – por única ocasión, pero es que no puedo dejar de mostrar mi, como llamarlo, asombro, por la vestimenta utilizada por la súper delegada, ya diputada con licencia, Lorena Cuéllar, al recibir al gobernador Mena para la reunión sobre la coordinación de seguridad. La ya designada Virreina vestía una larga y abultada Gabardina color Beige que le llegaba casi a los pies, un peinado con una especia de chongo alborotado y una elegante mascada, saludó con seriedad al ejecutivo a su llegada, pero dejo con la mano tendida al procurador Aquiahuatl e ingreso al inmueble donde tendría lugar la reunión de “poderes”.

Y es que Cuéllar Cisneros me recordó al inspector Gadget, a Maxwell Smart o cualquier otro detective despistado que privilegian el uso de las fastuosas gabardinas largas para ocultar el poderoso arsenal que llevan dentro. Y es que la vestimenta – en esta ocasión – nunca será tan acorde a la realidad de la ex de todo (presidenta, senadora, diputada), pues sin duda su principal objetivo será investigar cada paso que lleve a cabo Marco Mena para de inmediato reportárselo a su jefe en el centralizado CONTROL – así debería en verdad llamarse el gobierno Lopista.

Pero lo que más me llamó la atención en esta junta de aparente coordinación, fue la presencia de los tres llamados coordinadores regionales, subordinados a Cuéllar, pues tanto Isela Rojas Amador como Baldemar Cortés, son gente allegada y relacionada a la ex senadora Martha Palafox, quien al parecer había caído de la gracia del mesías presidencial luego del tremendo papelón que hizo en su carrera por la gubernatura. Pero como en Morena todos caben, o unos dejaron a Martha o esta al fin se subordinó a Lorena, me inclino más por lo primero.

Pese a que el congreso ya dio vida constitucional a los súper delegados, su objetivo real sigue siendo un misterio, porque yo no me creo que solo una persona tenga conocimiento y cabeza para saber y decidir en todo, especialmente en tantos sectores especializados, sin embargo, es parte de las muchas contradicciones que ha mostrado el que, a partir del sábado, será ya el presidente de México.

No obstante que la horda morena llega al poder debido al hartazgo, descontento, sufrimiento y enojo que se tradujeron en rebelión electoral, en manifestación cívica contra tanto despojo, violencia, corrupción e impunidad, acompañado por la esperanza en que alguien lo pueda solucionar, las muestras preocupantes de que la cuarta transformación se hará le pese a quién le pese y aunque no sea del todo benéfica para el total de los mexicanos. Por lo anterior me quedo con la frase de Paco Ignacio Taibo II que sin duda resume el actuar de quien deberá gobernar para todos sin distingo, aunque todo parece indicar que no será así.

“Se las metimos doblada camarada”.

@olaizmau