Solapadores
14 de noviembre - 2018

Por Edgardo Cabrera

Los levantadedos serán los únicos responsables de la inminente inestabilidad social en Ixtenco luego de que ayer decidieran absolver al alcalde, Miguel Ángel Caballero Yonca.

Aún cuando existen serias y comprobadas trasgresiones a la ley, entre ellas la retención ilegal de salarios a tres regidores y la síndica, algo que en su momento sancionó el TET, así como la existencia de aviadores en la nómina y nepotismo, los señores que detentan una curul en el Congreso decidieron mantenerlo en el cargo y desechar la petición para removerlo.

Estamos ante un claro solapamiento orquestado por su correligionario y dirigente del PES, José Luis Garrido, quien forma parte de la camarilla de levantadedos que ha decidido proteger una posición política contra viento y marea, ignorando la promesa de su líder máximo, Andrés Manuel López Obrador, de combatir la corrupción y las malas prácticas en el ejercicio de gobierno.

Según el dictamen, los quejosos no presentaron pruebas suficientes, aunque llama la atención que entre sus argumentos expusieran que entrevistaron a “5 ciudadanos al azar”, de más de 300, quienes convenientemente negaron que hubieran firmado para solicitar la remoción del alcalde, no obstante no entrevistaron al resto de los ciudadanos.

De igual forma omitieron entrar al fondo de acusaciones relacionadas con irregularidades financieras, mismas que están detalladas en la cuenta pública del año 2017, y si bien dicho ejercicio fiscal fue avalado por la anterior legislatura, lo cierto es que aquel dictamen también establece que está abierto a una nueva revisión ya que existen observaciones que no fueron absueltas y que están sujetas a responsabilidad penal.

Recordemos que entre las quejas de los pobladores, y la propia síndica Lucía Rojas, está la compra de cinco unidades vehiculares de manera unilateral sin justificación de necesidades, la contratación de amigos que no cubren el perfil para los puestos que ocupan, nepotismo y personas que cobraban sin trabajar, así como la renta de las instalaciones del DIF municipal.

La determinación cayó como balde de agua helada a la creciente población inconforme, que incluye la mayoría del cabildo, por lo que ayer mismo ya analizaban las acciones a seguir, entre ellas plantones en el Congreso local y mantener el control del edificio de la presidencia municipal.

Insensibles

En eso de legislar según sus calenturas políticas e intereses personales, resulta que el morenista Víctor Báez López ayer volvió a sacar a relucir el cobre luego de que abandonara la sesión al momento en que se sometía a votación un dictamen mediante el cual el ayuntamiento de Zacatelco solicitó ejercer actos de dominio de un predio para ser donado para la construcción de un jardín de niños.

Pese a ser oriundo de ese municipio, el mismo que gobernó en su momento, parece que es más fuerte su celo y protagonismo político que el bienestar de unos pequeños que actualmente toman clases en instalaciones prestadas.

Lo mismo ocurrió con la diputada Laura Yamil a quien poco le importó que el alcalde Tomás Orea sea de su mismo partido (PRD) ya que también se retiró de la sesión al momento en que se esperaba su respaldo mediante su voto.

Por fortuna el dictamen fue aprobado con el aval del resto de los legisladores, sin embargo los hechos ponen en mala posición a dos asambleístas que se suponía debían ser aliados de Zacatelco.

Con esos representantes, para qué quieren enemigos los zacatelquenses, con sus legisladores basta y sobra.