Encabezados por ex legislador, exigen que empresa ejecute obra pública a manera de reparación del daño

Por Alfredo González

Reconociendo que no les asiste a ley en su exigencia, un grupo de personas encabezadas por el ex diputado local Víctor Morales Acoltzi exigió que la empresa FEMSA, realice obras de infraestructura educativa, cultural y deportiva para el municipio de Apizaco a manera de reparación del daño por la explotación de mantos acuíferos en la zona.

Durante rueda de prensa  este jueves, el ex representante popular por el Partido Socialista sentenció que la empresa que fabrica bebidas carbonatadas ha hecho un consumo rapaz de los pozos de agua en la zona, donde desde hace años se habrían apropiado de un tercer pozo para su explotación, pese a que según su dicho, sólo tenían autorizados dos.

Asimismo, el también integrante del grupo político Los Jilgueros señaló que la empresa de Apizaquito representa un consumo de  12 mil 500 millones de litros de manera anual, es decir, tres veces más que el consumo de la ciudad rielera, según cifras reportadas por los inconformes.

Además, señalaron que de dichas instalaciones salen poco más de siete vehículos pesados de productos por hora, es decir una producción exorbitante y con una ganancia millonaria para el consorcio a costa de los recursos de la zona, mismos, por lo que anunciaron que la próxima semana exigirán a la empresa realice de manera inmediata la edificación de infraestructura pública en la periferia para benéfico de la población.

En este sentido, y pese a admitir que no existe fundamento legal en su exigencia, y pese a que la factoría cumple con sus obligaciones ante la autoridad, dijeron que a su consideración, el daño debe resarcirse con obras que ellos consideraron prioritarias para la comunidad, atribuyéndose funciones que no les competen.

Es de destacar que, el ex legislador que fungió en dos legislaturas diferentes jamás hizo mención o intento alguno de atender la problemática durante su estancia en el Legislativo local, pese a reconocer que se trata de un problema añejo para los apizaquenses.