Por Edgardo Cabrera

Hoy Andrés Manuel López Obrador estará en Tlaxcala y previo a su encuentro con los ciudadanos que votaron por él sostendrá una reunión con el gobernador Marco Mena.

Además de tratarse de una plática de cortesía con el mandatario, el presidente electo detallará al jefe del ejecutivo estatal algunos aspectos de su programa de gobierno.

Alrededor del mediodía se tiene programado el encuentro entre López Obrador y Marco Mena teniendo como sede el Palacio de Gobierno, y en el que seguramente también se tratará el tema de la mudanza de la Secretaría de Cultura a Tlaxcala para lo cual la administración del priísta ya tiene algunas alternativas de inmuebles para que se ocupen.

Por cierto que a diferencia de cuando estuvo en su calidad de candidato, ahora como presidente electo el aparato de seguridad y vigilancia fue desplegado desde el lunes, lo cual incluyó la colocación de vallas para garantizar orden durante la estancia del tabasqueño.

También es de resaltar que aunque este mismo martes se tiene agendado en el Centro de Convenciones de esta capital el “foro proceso Tlaxcala-Puebla de escucha para la construcción de la paz y la reconciliación nacional”, AMLO no acudirá a esos trabajos que incluyen la participación de víctimas de la delincuencia y de organizaciones no gubernamentales pese a que fueron convocados por el nuevo gobierno.

Divididos por la ambición

Como parte de su agenda en Tlaxcala, el presidente electo se reunirá con los diputados locales de su partido, así como de sus aliados del PES y PT.

A López Obrador le pintarán un escenario color de rosa, sin embargo en los hechos los morenistas están divididos y la manzana de la discordia se llama Lorena Cuéllar quien quiere abarcar todo, imponer su voluntad y dar órdenes a todos.

En el Congreso al menos cuatro diputados de la bancada se han levantado contra el yugo de la ex candidata a la gubernatura quien por medio del coordinador parlamentario, Víctor Báez, quiere ponerles el pie en el cuello para que se haga su voluntad.

Recordemos que durante la ilegal integración de las comisiones legislativas Mayra Vázquez, Rafael Ortega, Ramiro Vivanco y José María Méndez no quisieron avalar el dictamen cocinado en las catacumbas.

Pero la molestia venía desde antes, cuando Báez engañó a la parte rebelde de su bancada a la que prometió la presidencia de la Mesa Directiva, luego de que les dijera que no “convenía” que esa posición se entregara al PT –quienes tampoco quieren recibir ordenes de los lorenistas-, pero al final y para no perder poder al interior de su grupo parlamentario prefirió regalársela al PES.

Las pugnas no terminan ahí, también nos enteramos que como balde de agua fría cayó el nombramiento de Rafael Ortega como presidente del Comité de Administración, ya que se les coló el matador de toros ante la dificultad del coordinador parlamentario para encontrar acuerdos al interior de su propia bancada y con el resto de los partidos representados en el Congreso.

Por lo que tampoco resulta raro que las plumas ladinas al servicio de doña Lore hayan intensificado sus insultos en contra de los diputados morenistas que se han revelado, al igual que contra todos aquellos que “osan” hablar, escribir o cuestionar a su jefa editorial.

Por cierto que el nuevo conflicto interno se deriva de la ambición desmedida de esa misma camarilla que quiere agandallarse los órganos técnicos y administrativos del Congreso, lo cual pretendían hacer la semana pasada madrugando a la débil oposición.

Así, en medio de las pugnas morenistas, ¡Bienvenido Presidente!