Cinismo moreno
18 de septiembre - 2018

Por Fernando Tamayo

Dicen los teóricos clásicos que las mayorías absolutas en las democracias rompen los equilibrios y colapsan las reglas del juego de pesos y contrapesos tendiendo, primordialmente, a transformar los gobiernos en autocráticos. Hoy la aplastante victoria obtenida por MORENA el pasado 1 de julio, parece no ser la excepción.

En el ámbito local, las pifias y la escasa voluntad para materializar la llamada cuarta transformación comienzan a ser una constante en las bancadas “lopezobradoristas” que día a día van generando desencanto entre sus seguidores.

Por su parte la nueva legislatura local parece no quedarse atrás, cuando los actuales diputados andaban en plena campaña aseguraban a través de su retórica barata que el momento del empoderamiento ciudadano había llegado, que el no mentir, el no robar y el no traicionar como pregonaba su líder serían las constantes de una nueva época en la que la clase política estaría al servicio del pueblo y no utilizaría el sistema para satisfacer intereses personales.

Sin embargo en pocas semanas y tras la toma de sus primeras decisiones han expuesto en su máximo esplendor que eso de la revolución moral quedará para mejores tiempos. Hoy los diputados se desgarran las vestiduras señalando a sus antecesores, quienes por cierto, resultaron igual o peor que los actuales a expensas de los actos que desarrollen en el futuro. Aunque, cuando se trata de afrontar y enfrentar sus determinaciones hacen mutis.

El acuerdo a través del cual se distribuyeron a diestra y siniestra las comisiones legislativas sin mayor limitante que sus propios deseos a pesar de ser esto violatorio de las normas jurídicas es muestra clara que nuestros nuevos “representantes” no son otra cosa que más de lo mismo. Lamentablemente no se dan cuenta que con su actuar no solamente quedan a deber al pueblo de Tlaxcala y a los ciudadanos que los eligieron, sino que con ellos entierran las esperanzas de una sociedad asqueada de ver como el poder sirve para servirse y no para servir. Al tiempo.

Desde la barrera

Y en eso de que el poder sirve para poder y no para ayudar encontramos al primer regidor del municipio de Xaltocan quien el pasado viernes fue detenido al ser señalado por la comisión de un delito en la comunidad de Apizaco. ¿Qué podemos esperar de representantes populares que no tienen el mínimo respeto al Estado de Derecho? No se trata de cambiar el voto por otro partido, urge atacar decidida y frontalmente la impunidad, de no ser así ni el mecías más poderoso logrará la trasformación de nuestra realidad.

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