Apaleados
11 de septiembre - 2018

Por Edgardo Cabrera

Con la novedad que los perredistas, tanto en el plano local, como en el federal, fueron de nueva cuenta aporreados por Minerva Hernández Ramos.

Resulta que la senadora decidió darle la espalda al partido que la abanderó para las elecciones de julio pasado y se sumó a la bancada del PAN.

Recordemos que durante la asignación de candidaturas de la coalición por México al Frente la negociación se puso ríspida entre el Sol Azteca y el Albiazul luego de que no les salían las cuentas para la distribución equitativa de abanderados hombres y mujeres, de ahí que fue sacrificado Tlaxcala.

Y es que desde que se encontraban en pláticas para amarrar la alianza, al PRD le fue concedida la cabeza de la fórmula al senado, para ello los amarillos sacrificaron los tres distritos federales y le entregaron el I y el III a Acción Nacional, mientras que a sus aliados del PAC acordaron dejarle el II distrito, todo lo anterior a cambio de imponer a Alberto Amaro como abanderado a la Cámara Alta.

Pero las cosas se les fueron complicando, en particular a la corriente Nueva Izquierda, ya que en el proceso interno salió mejor ubicado Gelacio Montiel en la encuesta, en segundo lugar estaba Santiago Sesín y hasta el tercero fue relegado Amaro.

Luego vino el revés para el perredismo estatal cuando a nivel cupular determinaron que para Tlaxcala la fórmula al senado la encabezaría género femenino, y dado que los amarillos carecían de aspirante mujer acordaron con los panistas el “cambalache”, metieron a Minerva Hernández a la cabeza a propuesta del PRD y Gelacio Montiel pasó a la segunda posición bajo las siglas del PAN.

El acuerdo, dijeron ambos partidos en su momento, es que de ingresar a la Cámara Alta tanto Minerva como Gelacio se mantendrían en la bancada de los partidos que los abanderaron.

Sin embargo, ¡oh sorpresa!, de nueva cuenta la oriunda de Texoloc le dio la espalda al instituto que la metió a la política (en el sexenio de Alfonso Sánchez Anaya) y que la abanderó en esta elección, decidió sumarse a la bancada de Acción Nacional llevándose entre las patas a los perredistas que ya soñaban con una curul en la Cámara Alta.

Mal y de malas

A colación de los problemas internos del Partido de la Revolución Democrática, la tribu de Santiago Sesín, la llamada Red Joven, también colapsó hace algunos días.

Resulta que el coordinador parlamentario Miguel Ángel Covarrubias le puso un alto al ex aspirante al senado, toda vez que intentó negociar con Morena a su nombre.

Recordemos que los dos diputados locales que metió el PRD (Covarrubias y Laura Flores Lozano) fueron impulsados por la corriente de Sesín, de ahí que ambos supuestamente tendrían que estar bajo la línea de Red Joven, o en este caso, de don Santiago.

Bajo este supuesto, el inquieto ex legislador local se acercó con los morenistas para negociar a nombre de la fracción parlamentaria, algo que no gustó a su coordinador quien decidió pintar su raya y desmarcarse de cualquier acuerdo que no sea directamente platicado con él.

No olvidemos que Miguel Ángel Covarrubias es el único diputado que llegó al Congreso por la vía directa del voto al ganar el distrito XIV, frustrando el carro completo que ya presumían Morena y sus aliados, de ahí que difícilmente se dejará mangonear por alguno de los liderazgos o las tribus amarillas a las cuales no les debe nada.

No qué no…

Este martes está todo puesto para consumar la imposición de la nueva directora de comunicación del Congreso, se trata de Angélica Domínguez, ex orticista, conversa al priísmo (cuando Mariano González y su padrino Silvestre Velázquez estaban en el poder), y ahora se estrena como morenista.

Al igual que en el pasado, su nueva chaqueta y chamba es por conveniencia y gracias a una recomendación, más no por sus cualidades profesionales o convicciones políticas.

Nos cuentan que la bancada mayoritaria ya recibió línea de quien se siente vice gobernadora y actualmente cobra como diputada federal y próximamente como súper delegada.

Pero al interior del congreso no todos los diputados pejistas están de acuerdo con la imposición y menos porque, según les dijo Lorena, es un “favor especial” para un pseudo periodista poblano experto en las calumnias, la doble moral, los insultos, la mentira y el chantaje, que encontró en Tlaxcala su paraíso para exprimir a políticos e incautos.