14 de agosto - 2018
Por Edgardo Cabrera
Grave y alarmante es lo que ocurre en Huamantla, el problema del pandillerismo se ha salido de control, las bandas no respetan lugar, fecha, ni evento para hacer de las suyas.
El lunes por la madrugada el baile de “La Adictiva” fue manchado por un grupo de sujetos que se liaron a golpes y no sólo eso, sino que al calor de la batalla los descerebrados comenzaron a aventar botellas de vidrio al público que acudió al parque central para disfrutar de esta actividad de feria.
Los reportes refieren que quienes iniciaron el pleito fueron pandilleros que se encontraban en estado de ebriedad los cuales empezaron a liarse a golpes entre ellos y después agredieron a todos quienes los rodeaban utilizando como armas desde botellas de vidrio hasta piedras y palos.
No es el primer incidente que se presenta en el marco de los festejos anuales, hace 5 años en el marco de la Huamantlada también se registró una batalla campal entre pandilleros en pleno circuito de los toros que terminó con un sujeto asesinado a puñaladas y decenas de asistentes golpeados por objetos que aventaron los revoltosos.
Lo que viene…
El zafarrancho del lunes y el antecedente pandilleril prende los focos rojos para este martes, cuando se realiza la tradicional procesión de la Noche que Nadie Duerme, y para el sábado cuando se tiene programada la Huamantlada.
De no ponerles un alto a las pandillas, que están plenamente identificadas por las autoridades, el problema seguirá creciendo cual bola de nieve. A la fecha los jóvenes delincuentes se sienten inmunes ya que sus acciones no han tenido castigo.
Por lo pronto lo ocurrido en el baile de La Adictiva quedó para el mero anecdotario trágico de la feria de Huamantla ya que nadie fue detenido, al tiempo que se evidenció a la policía municipal como una corporación ineficaz para poner orden y salvaguardar la integridad de la población.
Nuevo golpe
Mientras algunas organizaciones religiosas siguen refriteándose notas periodísticas como parte de su campaña para nombrar a Tlaxcala como cuna de tratantes, en los hechos la autoridad sigue deteniendo delincuentes y liberando víctimas.
Ayer la PGJE asestó un nuevo golpe al liberar a una joven mujer y a sus dos hijos (oriundos de Tepeaca, Puebla) quienes se encontraban privados de su libertad en el municipio de La Magdalena Tlaltelulco.
Según la investigación, la pareja sentimental de la víctima la obligaba a sostener relaciones sexuales con otros hombres a cambio de dinero y la tenía amenazada utilizando a los pequeños hijos.
Con ello, en menos de una semana suman dos casos exitosos de combate a los tratantes.
En lo que va de esta año van 5 víctimas rescatadas por la Procuraduría General de Justicia del Estado, 1 sentenciando por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual, y 4 sujetos detenidos, de los cuales 3 fueron en flagrancia y 1 como producto de las investigaciones.
Veremos si esas organizaciones no gubernamentales, de las que no existe antecedente de ayuda a las víctimas ni de acciones concretas para combatir este flagelo, son capaces de reconocer la acción de la autoridad o siguen explotando el tema como negocio personal para obtener recursos internacionales que se reparten entre ellos y justificando su “trabajo” con algunas cuantas ruedas de prensa y comunicados donde reciclan casos y números que son documentados por la prensa.