Adelgazamiento
17 de julio - 2018

Por Fernando Tamayo

El cambio acontecido el primero de julio en el entorno político nacional, no solo ha provocado reacciones y acciones de parte de la clase política como el caso del Gobernador del Estado Marco Antonio Mena Rodríguez, quien tras lo ocurrido en aquella jornada comicial decidió actuar en consecuencia.

Y es que quien no entienda con claridad lo expresado por la ciudadanía a través del sufragio evidencia su falta de capacidad para comprender el acontecer social que hoy impera en nuestro país. Hoy la población requiere no solo un cambio de partido sino un verdadero cambio de visión.

De esta manera, dentro de los resultados arrojados se percibe que los ciudadanos, se manifestaron, sino expresamente, por lo menos tácitamente sobre la partidocracia mexicana, aquella que si bien es cierto surgió en un México donde la pluralidad política era poco evidente, hoy se encuentra caduca.

La presencia en la arena político electoral de varios partidos incapaces de aportar a la construcción y consolidación del sistema democrático ha quedado evidenciada cuando por lo menos cinco no fueron capaces de alcanzar el porcentaje mínimo requerido por la ley para seguir gozando de su calidad de institutos políticos y con ello obtener el tan anhelado financiamiento público.

Si bien es cierto a pesar de que los mismos seguirán existiendo gracias a los convenios de coalición conformada para “competir” en los comicios del pasado primero de julio, resulta claro, evidente y contundente que la ciudadanía no los quiere más, y mucho menos, está dispuesta a otorgar parte del gasto público para su financiación.

De esta manera, hoy que se encuentran en boga nuevas prácticas y mecanismos de hacer política, mucho valdría la pena revisar la ingeniería institucional y el modelo de partidos y construir a las verdaderas agrupaciones que representen las maneras de pensar y los ideales políticos de la sociedad mexicana. De lo contrario seguiremos contando con un sistema de partidos robusto, oneroso y que poco, muy poco abona a la madurez de la democracia mexicana. Al tiempo.

Desde la barrera

Ya que estamos en el terreno de la madurez y de la nueva sensibilidad que debe tener la clase política frente a las realidades sociales, es de resaltar la renuncia como líder del PRI de René Juárez quien tras su dimisión, señalo que la transformación de su partido debe ser del tamaño de la derrota. Lejos de buscar culpables al interior de su instituto acuso de recibo lo expresado por la población y urgió a los líderes tricolores a realizar una transformación de fondo. Así es como debe comenzar la renovación.

 

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