Ninguna Universidad en Tlaxcala debería permanecer secuestrada
18 de junio - 2018

La autonomía de las universidades debe estar en manos de docentes y alumnos, más no de directivos: Enrique Padilla.

Enrique Padilla Sánchez, candidato a Diputado local por el VII Distrito, afirmó que la estructura fundamental de toda Universidad son los alumnos y los docentes y a ellos corresponde, sin miedo, defender la autonomía de su casa de estudios.

Tras reunirse con jóvenes, les afirmó que la autonomía no es extraterritorialidad como lo ha definido una familia tlaxcalteca, que tiene secuestrada a la máxima casa de estudios en el Estado, por lo tanto los exhortó a quitarse miedos para reclamar sus derechos en la defensa de sus escuelas de nivel superior.

El abanderado de la alianza común de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza y el Partido Socialista (PS), apeló entonces a  su trabajo de gestión para una transformación profunda para la Universidad Autónoma de Tlaxcala.

Manifestó que la enseñanza universitaria no puede ampliarse mientras se mantenga secuestrada y pese a sus avances académicos, no son suficientes por las condiciones actuales en las que se encuentra.

Señalo que en su agenda legislativa promoverá un plan estatal, que será  base racional de una reforma universitaria, que permita a la educación superior, cumplir los requerimientos del medio social y económico de Tlaxcala.

Pero para ello reiteró su llamado a los jóvenes y docentes que tienen su estadía en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, a no apanicarse al exigir el escrutinio de gastos y la salida  de quienes la tienen secuestrada.

Expresó posteriormente en entrevista con medios de comunicación, que buscará desde el Poder Legislativo, sin trastocar la autonomía de la máxima de estudios, se revisen las cuentas de gastos de los recursos federales particularmente los de proyectos especiales en donde se contrata la asesoría externa o de terceros de la federación.

Precisó que es tiempo de dar un paso trascendental, la dirección de la Universidad debe quedar libre y definitivamente en manos de sus miembros, maestros y alumnos, pero junto con la autonomía y libertad de los mismos, asumir el peso de toda la responsabilidad que la gestión universitaria trae consigo.