AMLO: Contradicciones y dudas
6 de junio - 2018

Por Marcos L Tecuapacho

La visita de Andrés Manuel López Obrador a Tlaxcala dejó más contradicciones y dudas que certezas sobre la seriedad de su proyecto de gobierno, que apela a la emoción y no a la razón.

Vayamos por partes.

1) LOS MÍTINES. Los dirigentes y candidatos de la coalición “Juntos haremos historia” cayeron en la desesperación. Después de pasar más de media campaña en la hamaca, la visita de su jefe político los obligó a improvisar dos mítines en los que, como buenos tránsfugas del PRI, pusieron en práctica un descarado acarreo, como se apreció en redes sociales.

Gente cercana a la logística del evento ventiló que, a pesar de que hubo unidades a disposición de los simpatizantes de López Obrador en la entidad, no quisieron arriesgarse, y desde la cúpula de Morena se instruyó el envío de decenas de camiones a entidades vecinas para traer gente y llenar los eventos.

Además, resultó evidente el despilfarro de recursos en playeras y gorras con la efigie del abanderado presidencial, lo que, sumado a los lonches y los transportes locales y foráneos, dieron   un importante jalón a los gastos de campaña de la coalición.

Si los mítines se utilizaran como termómetro de fuerza real, es evidente que, a pesar del acarreo y el despilfarro, los de Zacatelco y Apizaco juntos no alcanzaron para emular la concurrencia que logró José Antonio Meade semanas atrás en el recinto ferial.

Vale notar que los asistentes a sus mítines resultaron verdaderos fanáticos, que hicieron patente la desorganización de ambos eventos. Los comentarios de sus seguidores en las transmisiones en vivo mostraron nula capacidad de debate y cero tolerancia al disentimiento.

2) LAS PROPUESTAS.

Como lo ha hecho a lo largo de su añosa campaña, López Obrador vino a decirle a sus seguidores lo que ellos quieren escuchar: propuestas que se oyen bien pero que no explica cómo hará realidad.

Dijo que no llevará a cabo ningún proyecto que afecte el medio ambiente, pero por otra parte dice que son necesarias nuevas refinerías para producir gasolinas.

Justificó su retraso de casi dos horas al mitin de Zacatelco porque sostuvo una reunión con los integrantes del Consejo Mexicano de Negocios, con quienes, dijo, tiene coincidencias, pero apenas el lunes pasado, el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, uno de sus principales promotores, utilizó sus espacios de opinión en medios de comunicación para lanzarse contra los empresarios que tienen diferencias con Andrés Manuel, acusándolos de gozar de beneficios fiscales que representan miles de millones de pesos, y de eludir al fisco.

Refirió que su visita a la entidad es para reafirmar compromisos con los tlaxcaltecas, pero no hizo ni uno concreto, salvo la instalación de la Secretaría de Cultura en la entidad que ya había anunciado.

Ofreció disminuir hasta en un 50 % su salario para aumentar el de la clase obrera, maestros y campesinos, que no usará el avión presidencial, y que no vivirá en Los Pinos, pero en estricto sentido es mera demagogia.

Dijo que otorgará becas a estudiantes del nivel Superior y Medio Superior, que duplicará las pensiones de adultos mayores y que habrá un apoyo económico mensual a personas con algún tipo de discapacidad en situación de pobreza, lo que sería paliado con lo que supuestamente “se roban” los políticos, pero es una estimación que solamente el conoce porque no hay evidencia de ello.

Prometió desaparecer la Reforma Educativa, y que garantizará el derecho de los jóvenes al estudio y al trabajo mediante becas, pero de promedios no dijo nada.

Y para variar, volvió a prometer que acabará con la corrupción, porque según él, habiendo un Presidente honesto, habrá gobernadores y alcaldes honestos, pero lo cierto es que la honestidad de la que se ufana no inspiró en el pasado a sus cercanos como Gustavo Ponce y René Bejarano, quienes incluso estuvieron en prisión por sus tranzas.

3) LAS REDENCIONES.

Andrés Manuel sostiene que él garantiza el cambio verdadero, pero ¿qué van a hacer diferente esta vez los viejos priistas que ahora están con él?

¿Qué garantizan cartuchos quemados como José Antonio Álvarez Lima, Lorena Cuéllar Cisneros, Rafael Ortega Blancas, Alfonso Sánchez Anaya o Michelle Brito?, ¿qué pueden hacer por Tlaxcala que no hayan hecho antes?, ¿cómo reconocer su “vocación de servicio” cuando salieron del PRI porque no les cumplieron sus caprichos y quedaron relegados de candidaturas y puestos?

López Obrador ha redimido a ex priistas, cuyos nombres tuvo que leer en un papelito porque no los tenía presentes. Y con su visión maniquea del mundo, llamó al voto parejo, bajo la consigna de “vas a querer o no vas a querer”, porque para él el voto diferenciado es traición.

En las últimas alternancias, el voto diferenciado se veía como un instrumento para garantizar equilibrios entre poderes, evitando el avasallamiento del Ejecutivo sobre el Legislativo. Ahora, López quiere el control de las cámaras de Diputados y Senadores para hacer su voluntad sin que el Congreso de la Unión lo cuestione.

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