Por Fernando Tamayo

A poco menos de un mes de que se concluyan las campañas electorales donde está en juego la Presidencia de la República, Senadores, Diputaciones Federales y Locales las propuestas han sido limitadas por la mayoría de candidatos y lo que si abunda es la descalificación, la denostación, y la violencia verbal que, sin duda, ha constituido un divisionismo entre los mexicanos.

Y es que frente a la polarización construida desde el discurso por aquellos que quieren una revolución, aunque esta sea moral, los mexicanos han encontrado el mecanismo idóneo para expresar su descontento social, situación que es, lamentable para el país.

Tal y como lo he manifestado en distintos espacios y momentos, la democracia aunque con sus debilidades es, por excelencia, el sistema electoral que permite converger y convivir a las ideologías, creencias e intereses en un mismo entorno.

Sin embargo, y a medida que el proceso electoral va madurando las acciones carentes de madurez, de competencia legitima y de violencia verbal y física comienzan a intensificarse y sin duda empañan esta fiesta democrática que tendría que ser la campaña comicial como la que vivimos.

Hoy los niveles de violencia y divisionismo generados se han materializado en acciones que nos obligan a reflexionar respecto a qué tan conveniente es que los políticos y partidos políticos fomenten el encono entre mexicanos y tlaxcaltecas.

Sea cual sea la situación que te motive para apoyar, respaldar o votar por cualquiera de las distintas opciones políticas y ciudadanas que existen, todo ciudadano debe tener garantizada su libertad de elección, situación que evidentemente no le otorga el derecho a quien no está de acuerdo con sus preferencias a denostar, criticar, u oponerse a esta libre manifestación de la voluntad, mucho menos a realizar actos que se manifiesten y redunden en acciones violentas.

Las elecciones deben ser un periodo de participación, de fervor político y ciudadano que nos recuerda que como mexicanos tenemos la oportunidad de decidir libremente los destinos de la nación, situación que no se ve en todas las latitudes del planeta.

Un país sumergido en la confrontación y en la polarización es un país incapaz de salir adelante y generar las condiciones de desarrollo para sus ciudadanos. La elección no es poca cosa, pues a través de ella definimos con nuestro sufragio el futuro que queremos para México, y por ende las oportunidades de desarrollo para nosotros y nuestras familias. Al tiempo.

Desde la barrera

A colación del fomento al encono y la polarización social, el día de hoy AMLO visita tierras tlaxcaltecas con dos eventos en el interior del Estado. Lo curioso no es que el tabasqueño visite nuestro Estado sino que durante todo el día de ayer fue denunciado por distintos ciudadanos que recibieron llamadas para acudir a los mítines de MORENA y ahí manifestar el repudio contra López Obrador. Se trata realmente de un movimiento anti AMLO o bien se trata de una acción articulada directamente por aquellos que se han dormido en sus laureles pensando en que obtendrán el triunfo solo por pertenecer a la coalición “Juntos Haremos Historia”. Como dijera una de sus lideresas “…hagan sus apuestas”

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