Operativo conjunto de INM, municipio y estado frena viaje al norte

Por Alfredo González

Varias decenas de migrantes asegurados es el saldo que dejó el operativo conjunto implementado en Apizaco por personal del Instituto Nacional de Migración (INM), seguridad privada de FERROSUR, de la policía municipal y la Comisión Estatal de Seguridad.

Según versiones extraoficiales, se sabe que alrededor de la 1 y media de la tarde del martes, en la estación de trenes de la ciudad rielera, se hizo presente un nutrido grupo de representantes de la autoridad, quienes aplicaron el sorpresivo operativo, que por fortuna no se salió de control.

Sin embargo se sabe que durante el acto de autoridad y ante la ausencia de visitadores de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), se habría registrado un altercado entre los indocumentados que se negaban a la detención y los vigilantes de la empresa concesionaria de la vía férrea, mejor conocidos como los «zorros negros».

Logrando detenerse al menos una veintena de viajeros que aprovechando el avance sobre los rieles de la llamada «bestia» con rumbo a la ciudad de México, los que fueron colocados en las unidades oficiales y trasladados a las instalaciones del INM para el procedimiento correspondiente.

Ante esto, el representante de la Pastoral del Migrante de la Diócesis de Tlaxcala, el presbítero Elías Dávila Espinosa, pidió a las autoridades de los tres niveles de gobierno garantizar la integridad física y el respeto de los derechos fundamentales de los indocumentados que este día, vivieron una situación similar a lo que está ocurriendo en la frontera con Estados Unidos.

«Uno quisiera que siguieran su ruta, pero las autoridades tienen que hacer su trabajo y cumplir con su encomienda, sólo nos queda pedir que no los maltraten y se les respeten sus derechos; que si necesitan atención médica y alimentos que se les proporcionen para que su repatriación sea óptima».

Se debe tener presente que en fechas anteriores, se han dado casos de fuertes agresiones en contra de los viajeros ilegales, resultando algunos con secuelas incapacitantes y hasta casos con saldo mortal, como el ocurrido en las propias instalaciones de la delegación del INM en Tlaxcala.