Don Juan de quinta
18 de abril - 2018

Por Edgardo Cabrera

Además de ineficiente y copión, Víctor Manuel Cid del Prado se ha caracterizado por conducirse como un auténtico Don Juan de Quinta “echándole los perros” lo mismo a profesionistas que se acercan a la CEDH a pedir trabajo, que aquellas que le ofrecen la prestación de algún servicio y, no dudamos, que hasta a las subalternas que, desde su llegada, se multiplicaron por generación espontánea. Vamos por partes.

El ombuscopión (mote que se ganó al ser sorprendido copiando en el proceso de evaluación durante el concurso para renovar el IAIP) está por cumplir 1 año en el cargo y su labor simplemente se remite a recaudar víveres para damnificados, organizar un pésimo festejo por el 25 aniversario de la comisión y estar de figurín en cuanto evento lo invitan.

Desde el 8 de junio del año pasado, fecha en que fue electo, al señor no le ha tomado la más mínima importancia concluir todas las quejas que le heredaron sus antecesores, ya no hablemos de las que se han acumulado desde su llegada.

Tampoco ha sido capaz de emitir una sola recomendación, a pesar de que hay casos emblemáticos –como el de los ex policías estatales acusados y absueltos del delito de secuestro exprés- donde se presumía la violación de derechos humanos y que incluso su antecesora anticipaba que se había comprobado tortura.

Eso sí, durante estos meses de funciones se ha convertido en el principal protector de las autoridades abusivas de los ciudadanos, basta revisar que tampoco han procedido llamados de atención o sanciones a alcaldes y sus policías municipales, como en Ixtenco donde la trifulca que evidenció en video a mujeres, ancianos y menores golpeados, no le mereció el más mínimo llamado ni actuación.

Para rematar, el ombuscopión no tiene empacho en despepitar–con el florido lenguaje que tiene- en contra de quienes le antecedieron en el caso aunque, eso sí, nunca ha podido comprobar los supuestos abusos y excesos en el organismo.

Preocupante

Pero lo más grave de su comportamiento es su obsesión de ser galán o Don Juan. Este reportero fue testigo de la forma en que trató de “galanear” al “piropear” a una joven madre, quien tuvo la desgracia de acercarse a ofrecerle servicios profesionales.

Lo anterior pone en tela de juicio la estabilidad mental y ética de este personaje que se supone debe ser ejemplo de buenas costumbres y respeto a la ciudadanía, teniendo especial atención con los sectores vulnerables, las mujeres, niños y personas con preferencias sexuales distintas.

Cid del Prado es una vergüenza para los encargados de defender los derechos humanos y quizá convenga que en futuras designaciones los diputados revisen el perfil sicológico de personas que son seleccionadas para encabezar organismos que se supone tienen una noble labor.

Herencia

Lo dicho, en el caso Ixtenco el Congreso del estado se fajó los pantalones al suspender del cargo hasta por 6 meses al alcalde y la síndica.

Dado lo tardado del proceso de revocación de mandato que incluye que cada una de las partes aporte sus pruebas a los señalamientos en su contra le podría tocar a la próxima legislatura resolver en definitiva el pleito, aunque nos aseguran que los actuales diputados pondrá empeño para dejar resuelto el tema y no heredarlo.