Por Edgardo Cabrera

Los gobiernos municipales de Papalotla e Ixtenco mostraron una vez más su ineficacia en materia de seguridad o para gobernar.

En el primer caso, este miércoles el diputado local perredista Alberto Amaro fue víctima de la delincuencia, un comando de 12 sujetos fuertemente armados ingresaron a su domicilio por la madrugada, lo golpearon y lo despojaron de una caja fuerte.

Como consecuencia, un par de policías municipales resultaron heridos y uno se debate entre la vida y la muerte, mientras que al legislador lo golpearon.

Al diputado lo tenían perfectamente marcado y sabían de las deficiencias de seguridad de la comuna por lo que pudieron ingresar sin mayor problema y huir en medio de una balacera derivada de que personal de Amaro logró hacer una llamada de auxilio que resultó en un operativo policíaco improvisado y con malos resultados.

En el caso de Ixtenco, al alcalde Miguel Ángel Caballero Yonca se le hizo fácil mandar a los policías y a un grupo de golpeadores para desalojar al grupo que es apoyado por la síndica y que mantiene tomada la alcaldía desde inicio de año.

Pese que el edil proviene del partido evangélico del PES, ignoró los llamados a la paz, concordia, diálogo y negociación que le sugirieron desde la Secretaría de Gobierno estatal, por lo que prefirió actuar con la fuerza bruta provocando decenas de lesionados, un empleado de gobernación retenido, así como 8 patrullas de distintos municipios vandalizadas y las cuales habían llegado en apoyo y a petición del alcalde.

En conclusión, en ambos casos quedó evidenciado, una vez más, que no es lo mismo ser candidatos que ponerse a gobernar, ahora, como suele ocurrir, lo más fácil es repartir culpas al estado y deslindarse de cualquier responsabilidad.

Especulatitis

Como era de esperarse, luego del incidente violento en la casa del diputado perredista comenzó la lluvia de especulaciones sobre el móvil de las cuales sólo citaré dos.

En redes y entre algunos actores comenzó a circular el rumor de que el trasfondo era político derivado de su actuación en la reprobación de cuentas públicas, la disputa por la senaduría y hasta por su inclusión como candidato a la diputación plurinominal.

Otros achacaron el asunto a una disputa por las plazas de San Martín Texmelucan y Tepeaca donde Alberto Amaro lidera a gran parte de los tianguistas. Dijeron que un grupo ligado a carteles del crimen organizado fue el autor del atentado.

Lo cierto es que el propio diputado declaró que todo se trató de un robo bien planeado para sustraer una caja fuerte donde tenía guardado dinero y objetos de valor de la familia.

También es cierto que en cualquiera de las hipótesis especulativas el grupo habría ido directamente contra el diputado para atentar contra su vida y no conformarse solo con golpearlo.

Acumulados

Por cierto, al recién estrenado procurador General de Justicia del Estado, José Aarón Pérez Carro se le siguen acumulando importantes casos sin que haya esclarecido los más graves que se han presentado desde su llegada.

El de Amaro es uno de los asuntos que lo tendrá contra las cuerdas, dada la presión política que han comenzado a hacer los perredistas, así como sus partidos aliados.

El de Ixtenco se agrega a la lista dado los hechos vandálicos en contra de bienes públicos, entre ellos al menos 8 patrullas municipales destrozadas, por lo que deben existir responsables y ser castigados.

A los anteriores le sumamos los casos de la semana pasada, principalmente el de la niñera que sigue prófuga luego de ser evidencia en video y denunciada por agredir a dos menores; el asesinato de 3 sujetos en una talachería de Natívitas, lo que se presume se trató un ajuste de cuentas.

De igual forma el intento de linchamiento de un presunto ladrón en Xochiteotla en Chiautempan, de cuyo señalado no se ha informado oficialmente qué pasó con él, particularmente si fue denunciado o si salió libre.

El reloj sigue avanzando y las miradas estarán puestas sobre el procurador.