Eso lo dijiste tu, no yo: Entre precoces y desesperados
14 de febrero - 2018

Por Alfredo González

El medio tiempo de las “entrecampañas” apenas comenzó hace unas horas y la paz no ha regresado a la sociedad que soportó semanas de un bombardeo de spots, canciones de mal gusto y ocurrencias del Peje Orate cuando comienza un nuevo hervidero de reuniones, movilizaciones y desbandadas que moverán nuevamente el tapete, modificarán el mapa y harán sonreír a muchos en tanto otros lloran la decadencia de sus aspiraciones.

Pero más allá de esa maldita frase de: «mensaje dirigido a militantes de fulano y patino» que atormentó a millones, viene un vendaval de promesas y lloriqueos de aquellos que buscan la hostia de la absolución y el hueso de la consolación en esta encarnizada lucha por la victoria efímera.

Se puede ver ya a muchos placeándose en las calles de Tlaxcala buscando simpatías y sonrisas mustias a sus aspiraciones, como doña Pintita, que finalmente rompió el exilio y bajó del Olimpo a una mesa de café en el portal de la capital, sin que nadie le contara que la capital no forma parte del distrito III, y que su baño de pueblo poco o nada le servirá en una ciudad donde lo único que conocen relacionado a ella es el mercado que lleva el nombre de su padre.

Otros de plano se han volado la barda, pues no contentos con lucrar con medicamentos y productos necesarios para la atención de padecimientos crónicos, se han dedicado a agenciarse la «gestión de Apoyos» y programas de asistencia social de la dependencias federales y locales.. Caravana con sombrero ajeno que se ve mal senadora, se equivocó de táctica y hasta de color para colgarse medallas que como siempre, no se merece ni mucho menos le lucen.

No faltan los desesperados que pese a haber gastado sus pocos centavos y días de labor en buscar el cobijo de un espacio en la boleta o hueso ven caer el telón de sus aspiraciones aún antes de iniciar su carrera electoral.

Esos que con el último aliento y la huella de un zapato en la retaguardia buscan cobijo y espacio en otros lares, en un Partido que reciba sus afectos y que sobre todo, les prometa una nueva oportunidad, la carrera de las desbandadas y el exilio se ha inaugurado, o como lo conocen en Morena «se recibe cascajo».

Tenía que ser por alcohol

Queda claro que toda tradición en Tlaxcala, sin distingo alguno de municipio, colonia o comunidad tiene tres ingredientes indispensables para el guateque, pero como la historia nos ha demostrado, un coctel casi tan devastador para la sociedad como los prohibidísimos perla negra para los adolescentes.

Para muestra un botón, y los vergonzosos hechos que se registraron el fin de semana pasado, donde la excusa del tradicional carnaval, todo un rito consagrado para miles que devotamente preparan sus trajes para danzar las fiestas que preceden a la cuaresma, se convierte también en una justificación para beber sin control, hacer el ridículo y violentarse entre vecinos y extraños.

Y es que no es justo, conceptible ni mucho menos correcto que la violencia y la intolerancia priven en lo que en teoría debería ser un festejo, una tradición que conjunta a las familias y turistas, pero no en torno a una batalla campal, el carnaval es motivo de reunión pero no alrededor de botella.

Pareciera casi imposible que en Tlaxcala pueda entenderse que una reunión puede y debe prescindir del alcohol, de los excesos y la violencia que genera el abotagarse de alipus por casi todo, por que alguien nació, por que murió, o lo que sea… Lamentable enserio esa actitud de algunos tlaxcaltecas.