Perros y gatos
30 de enero - 2018

Por Edgardo Cabrera

A los comisionados y presidenta, por parejo, les vale un cacahuate la institución que representan, les bastaron 30 días de este año para ponerse en ridículo y desprestigiar al Instituto de Acceso a la Información Pública.

David Cabrera y Francisco Morones se han encargado de montar todo un teatro contra Marlene Alonso a la que quieren quitar de la Presidencia del IAIP.

Sus argumentos pasaron a segundo plano. Se trata de un auténtico pleito de vecindad donde los comisionados privilegiaron los manotazos, gritos y sombrerazos en lugar de la legalidad y prudencia, algo que preocupa porque dicho ente debería poner el ejemplo no sólo en transparencia, sino en el respecto irrestricto de la ley.

En tanto que la presidenta se ha mostrado como toda una dama públicamente, no le ha entrado al show con sus compañeros, sin embargo, por debajo de la mesa se ha encargado de propinar puntapiés a Cabrera y Morones que incluye sembrar la duda por la presunta irregularidad con la que fue designado el primero al no cumplir los cinco años de antigüedad en su cédula profesional al momento de su nombramiento.

El asunto en todo este embrollo es que Marlene les lleva la de ganar al par de inconformes. Nos enteramos que podría denunciar violencia de género por las públicas agresiones que ha recibido, que incluyen los gritos y manotazos de la semana pasada cuando irrumpieron en una conferencia de prensa que ofrecía.

Y mientras al interior le apuestan a la guerra de las fuercitas y siguen con los escándalos, es momento de que el Congreso local intervenga y les ponga un alto, incluso revisar a fondo la legalidad de su elección. Quizá valga la pena pensar seriamente en removerlos y replantear dicho organismo que se ha convertido en una vergüenza para los tlaxcaltecas.

Ilusos

La coalición Morena-PT-PES está a punto de tronar en su capítulo local, al menos eso es lo que dicen los líderes estatales de los partidos del Trabajo y Encuentro Social.

Sin embargo el dirigente morenista, Joel Molina opina lo contrario, sostiene que esa determinación se tomará en las cúpulas nacionales por lo que solamente están en espera de que les den línea para subsanar las omisiones que presenta la carta de intención entregada al ITE o dejarla así y con ello que la autoridad determine su no procedencia.

El pleito es porque PT y PES sostienen que no son peones de Morena y que no aceptarán ser relegados en el reparto de candidaturas al Congreso local, ya que les quieren dejar “migajas”.

El verdadero problema aquí es que tanto los petistas como los “hermanos Pes” se niegan a aceptar su triste realidad: carecen de capital político.

De competir por su cuenta están condenados al fracaso porque su berrinche les costará muy caro ante los simpatizantes del Peje que en el estado son la mayoría.