Por José Luis Ahuactzin

Edilberto Algredo Jaramillo, ex candidato a la gubernatura en el 2016 por el MC, se convirtió el Tlatoani del partido político e hizo a un lado al dirigente Refugio Rivas en eso del reparto de candidaturas locales.

Pero no solo eso, se convirtió en el mandamás al mostrar su poder ante el líder nacional Dante Delgado, para hacer de su antojo la asignación de candidatura para el distrito electoral XIII, en Zacatelco.

A la vieja usanza del PRI, en eso del la llamada liturgia por el destape, el dedazo y la cargada de los sectores, el MC emuló la segunda característica -el dedazo-, por la orden del máximo jerarca Dante Delgado. Si Algredo Jaramillo no es candidato, entonces no hay alianza.

Tan es así que la mega alianza Por Tlaxcala al Frente será de tres partidos políticos: el PAN, PRD y el PAC.

Justo cuando los líderes de estos partidos políticos se frotaban las manos porque se preparaban para realizar el registro de la mega alianza, el ajuste hizo el cambio de planes.

Pero más allá de caprichos, poder y dedazos, el MC estaría condenado al fracaso y hasta desaparecer del terreno local.

En el 2017 al partido político le robaron su padrón de militantes que contenía datos personales, lo que pone en desventaja porque mientras que otros institutos trabajan en sus cuadros políticos, el MC recupera su información para actualizarla.

Otro golpe que sufrió fue la disminución de recursos públicos para este 2018, de un presupuesto inicial de 2.6 millones de pesos a poco más de 900 mil pesos, lo que dificultaría impulsar a sus candidatos en los distritos

Y el más reciente será que no irá en alianza electoral, pues el fiel de la balanza para concretar el convenio político es el distrito con cabecera en Zacatelco.

Veremos si el PRD suelta la candidatura amarrada para el diputado Adrián Xichitemo Pedraza, y el próximo 23 cierran el pacto a favor de Algredo Jaramillo, de lo contrario iniciará la guerra de lodo en su contra para dañar su imagen.