Becados
10 de enero - 2018

Por Edgardo Cabrera                                                                   

Por años se consideró “normal” que la clase política fuera incrustada en la nómina del sector educativo para tener “asegurado” su futuro y jubilación, de esa reprobable práctica de los gobiernos de antaño se siguen beneficiando personajes que ahora navegan con bandera de izquierda y se presumen impolutos.

Es el caso de Lorena Cuéllar Cisneros, virtual candidata a una diputación federal por Morena, ex perredista y ex priísta que tras su salida del tricolor no fue congruente con sus supuestos nuevos ideales y no renunció a una clave de jefatura de sector de educación especial.

Si bien no cobra por ella –según la información oficial- lo cierto es que de manera puntual renueva periódicamente su permiso sin goce de sueldo para no perder la plaza, permisos que suman décadas, recordemos su larga trayectoria chapulinesca en la política estatal.

De todos colores

En la investigación realizada por José Luis Ahuactzin para Gentetlx se incluyen 92 casos similares de políticos, diputados, precandidatos y funcionarios.

Por ejemplo están la precandidata a diputada federal, Alejandra Ramírez Ortiz (PAN, PRD, MC y PAC); los ex dirigentes sindicales del SNTE, Armando Ramos Flores y J. Carmen Corona Pérez, este último también diputado local del Panal.

Otros que también gozan de permisos para realizar actividades políticas o gremiales son el actual dirigente de la sección 31 del SNTE, Demetrio Rivas Corona, el líder del PRI estatal, Florentino Domínguez y la vocera del Congreso local, Cynthia Fernández Bautista.

A la lista de quienes no quieren perder su plaza y gozar del hueso actual son los consejeros electorales Elizabeth Piedras Martínez y Norberto Sánchez Briones, así como el regidor en el ayuntamiento de Tetla, Víctor Alfonso González Carmona, y la funcionaria partidista del Panal, Alma Delia Padilla Paredes.

Salvo sus contadas excepciones, en su gran mayoría obtuvieron sus claves como docentes, directivos o administrativos gracias al amiguismo e influyentismo.

De la lista anterior se ignora si son evaluados periódicamente para mantener su plaza, tal y como ordena la reforma educativa.

El asunto es que mientras esta camarilla en el poder se aferre a esas claves, quienes buscan trabajo en el sector nada más no encuentran porque no hay espacios suficientes para atender la demanda, de entrada 92 están congeladas porque sus titulares decidieron exprimir el erario desde posiciones políticas.

Huevonas

Las de la Normal Rural de Panotla empezaron con el pie izquierdo el 2018 y con el segundo día de actividades académicas decidieron no entrar a clases y cerrar la escuela colocando banderas rojinegras, como si se tratase de una huelga laboral.

El asunto es que a las estudiantes no termina de caerles el veinte que forman parte de una comunidad escolar y que no solamente tienen derechos, sino que están sujetas a las reglas de la institución así como a normas y obligaciones.

Por enésima ocasión su molestia es en contra de maestros y directivos quienes no les dejan hacer su santa voluntad, y el cumplimiento de un utópico pliego petitorio.

Como suele ocurrir, amagaron con manifestaciones y marchas, al tiempo de exigir audiencia inmediata con el secretario de Educación Pública, Manuel Camacho Higareda, para pedir la remoción de la plantilla directiva.

Su conducta es patética ya que mientras en el sector educativo se trabaja para poner en operación este año el sistema estatal de becas (con un techo presupuestal de 100 millones de pesos) que incluye incentivos anuales a los mil mejores estudiantes de nivel superior e integrar grupos con alumnos destacados para participar en seminarios profesionales en universidades nacionales y extranjeras, las de Panotla siguen en su pequeño y mediocre mundo donde piensan que con chantaje podrán obtener lo que sea.