Por Alfredo González Coronel

Ahora resulta que Tlaxcala, uno de los Estados que no conoce de contingencia ambiental o problemas de calidad del aire debe sujetarse a programas de restricción vehicular como lo es el famoso «Hoy No Circula» por ocurrencia y voluntad poblana.

Y es que si, leyó usted bien… en días pasados el brillante cabildo de la capital camotera se le ocurrió aprobar el que su alcalde pida al gobierno de aquel rancho el que se aplique un programa de hoy no circula en la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala, como si el evitar que los vehículos circulen entre el humo de fábricas sin inspección, tiraderos clandestinos y demás abundantes porquerías ambientales les ayude a mitigar su daño ambiental.. una buena aspirina para el cáncer ecológico que padecen.

En teoría, sería problema de aquellos individuos que aspiran a tener ascendencia ibérica el como malgasten o apliquen sus recursos para mitigar sus problemas ambientales, empero, si nos concierne a los tlaxcaltecas el hecho que estos inquietos «críos» pretendan regir quién circula y quién no en la bella Tlaxcalita.

Una de entre las muchas cosas que el estado puede presumir es una más que óptima calidad del aire, un distintivo que no siquiera los incendios que provocan los huachicoleros pipopes en Tlaxcala con combustible robado, donde los IMECAS jamás han sido un tema de atención o apremio para sus estándares y que al menos en un futuro próximo no lo serán.

Para nada es justo y mucho menos correcto en lo jurídico, político y social que Puebla quiera entrometerse en Tlaxcala, nunca le ha dado resultados y nunca lo hará, pues bien lo decía el ex gobernador del estado que en mas de una ocasión propinó sendos bofetones con guante blanco a Moreno Valle cuando metió mano en Tlaxcala.

El pretender que Puebla imponga un hoy no circula en la zona metropolitana en la que se incluye a Tlaxcala, es un absurdo más exudado en reglas ambiguas de la CAME, un intento populista y poco efectivo que además transgrede fronteras y jurisdicciones, técnica y prácticamente un vil intento de afrenta a la soberanía tlaxcalteca que es caso seguro no prosperara, y que es más que obvio que el gobierno del estado no permitirá…

Más y más desorden

Ya que entramos en detalle y diferencias entre nuestro estado y los vecinos, vale la pena ir poniendo las cosas en claro, pues como aseguran los poblanos, Tlaxcala y Puebla nunca estarán al mismo nivel y a la misma altura, pues digan lo que digan, la razón da lugar a cada uno, lugar y factores que ni el capital extranjero, de ese que vive entre riquillos y crimen organizado allá en zonas residenciales exclusivas, puede comprar.

Poniendo en orden los datos, resulta evidente que pese a faramallas, la tierra de Xicohténcatl goza de mejores indicadores de igualdad económica, seguridad, crecimiento económico y laboral, además de tantas cosas más, ah!! Si, también de calidad del aire y salud.

Vamos a los hechos, en teoría, el estado de Puebla es más grande y más poblado que Tlaxcala, al contar con más de 34 mil kilómetros cuadrados de superficie en contraste con los 4 mil 016 de su vecino, mientras que en cuanto a la población, los gobernados por Gali Fayad son más de 6 millones 180 mil contra sólo 1.3 millones de menistas…

A primera vista, la disparidad sería enorme, sin embargo, al tomar en cuenta la densidad de población, Tlaxcala duplica a su vecino con más de 323 habitantes por kilómetro cuadrado, en contraparte con los apenas 181 poblanos por kilómetro, lo que señoras y señores se traduce en que la mitad de un habitante de aquel estado es responsable de más del doble de contaminación que un tlaxcalteca.

Y muchos dirán que la contaminación no depende sólo de los ciudadanos directamente, pues el parque vehicular e industrial es mucho mayor en el caso de los camoteros, pero ni siquiera con ello en la ecuación las cuentas cuadran, pues mientras en Tlaxcala se tiene registró de poco más de 300 mil automotores. Aquel estado suma poco menos de un millón, lo que nuevamente en proporciones los deja en franca desventaja, serán menos autos por kilómetro cuadrado, pero mucho, mucho más contaminantes.

Los números y la estadística son fríos, y si se toman en cuenta diversos factores e indicadores puede comenzar a vislumbrarse el estancamiento y atraso que sufre aquella entidad que pese a comentarios de algunos orgullosos lugareños, Tlaxcala ha comenzado a desplazar y opacar a una Puebla plagada de problemas, carencias y desigualdades que luce cada día más signos de su demacrado y poco atinado rumbo que los aleja de lo que alguna vez fueron

Y es que mientras en tierras de los cuatro señoríos los indicadores hablan de un abatimiento de la pobreza, erradicación del analfabetismo en comunidades lejanas, creación de empleos de forma constante por seis años seguidos y la llegada de casi 100 empresas y factorías de más de 25 países, los otros festejan la llegada de una armadora de autos que instaló casi todos sus proveedores en otro estado en tanto las protestas por hambruna, rezar, carencias y demás chuladas surgían al son de la detención de importantes capos de la delincuencia organizada, asesinatos, perseguidos políticos y desfalcos… todo u cóctel de virtudes que don Rafa Moreno les dejó.

No es coincidencia la desbandada poblana hacia Tlaxcala, que desde hace meses se observe como más y más huyen de esas tierras y buscan un hogar en Tlaxcala, donde el hartazgo a que el privilegio de obras suntuosas y aburguesadas sea para unos cuantos, unos pocos privilegiados que en algunos casos tienen serios pendientes con la ley mexicana o internacionales.

Como me lo han confiado algunos de ellos.. » de nada sirve ver los lujosos Mercedes o Ferrari del vecino, si por la noche los asesinan o arrestan por sus delitos o pendientes», una triste y real estampa de lo que ha pasado con aquel estado que hierve en pretensiones y vanagloria que ignoran la necesidad de inmensas mayorías sumidas en la pobreza de las colonias populares, pues como dicen los poblanos.. » no es lo mismo las Lomas que dos calles más adelante»…