Por Edgardo Cabrera

Nos cuentan que quien anda más feliz que una lombriz es el dirigente estatal del PAN, Carlos Carreón Mejía.

Luego de que quedara comprometida la coalición PAN-PRD-MC-PAC y prácticamente repartido el pastel de las candidaturas federales, el ex adrianista ya se frota las manos para hacerse de una de las dos nominaciones pluris que tradicionalmente se le ceden a Tlaxcala en la lista de la cuarta circunscripción albiazul.

Sus allegados aseguran que Carreón amarró con Ricardo Anaya ser acomodado primero que Adriana Dávila, hablamos de estar entre los primeros cinco, con lo que, de ser cierto, la apizaquense quedaría después del lugar 7 de la citada lista con menores posibilidades de llegar a la curul.

De confirmarse el trascendido, hablamos que a la senadora le habrían crecido los enanos, recordemos que de su grupo los únicos que han mostrado hasta el momento lealtad son Juan Corral y Carlos Morales, mientras que la pintita Guadalupe, fiel a su tradición, no tardará en negarla también.

¿Será?

Como el apóstol Pedro, ayer el dirigente estatal del PRD, Juan Manuel Cambrón negó tres veces que ya estén repartidas las candidaturas federales dentro de la coalición “Por México al Frente”.

La postura oficial del líder es entendible, sin embargo nadie le cree que a estas alturas no exista ya un reparto del pastel.

Ya están más que cantados Humberto Macías y Juan Carlos Sánchez en los distritos I y III (por el PAN), el II con Alejandra Ramírez Ortiz (PAC), cabeza de fórmula al senado Alberto Amaro (PRD) y Minerva Hernández (PAN) como comparsa.

Lo cierto es que en los próximos días deberá cuajar la operación cicatriz para darle su respectiva cuota a los otros dos aspirantes amarillos a la senaduría, por lo que no sería raro ver regresando al congreso local a Gelacio Montiel y asumiendo las riendas del partido Santiago Sesín.

Y como dentro de los acuerdos con las otras fuerzas lo único que le tocó al PRD fue una candidatura que corresponde a la cabeza de la fórmula al Senado tampoco se ve muy difícil que se diriman las inconformidades, algo que tendrán que hacer las cúpulas nacionales porque es ahí donde se tratará este tema.

El peor pecado capital

En 2016 la soberbia le ganó a Martha Palafox y los morenistas, pensaron que solamente con las siglas del partido del Peje estarían dentro de la competencia, sin embargo su derrota no sólo fue contundente sino vergonzosa.

Si bien en elecciones anteriores López Obrador ha ganado Tlaxcala, todo puede pasar en 2018, recordemos que hace un año todos aseguraban el triunfo de Lorena Cuéllar por el simple hecho de que “nunca había perdido una elección”, pero ya vimos que no fue así.

Ayer estuvo el tabasqueño en Tlaxcala y en su generalidad los de Morena, empezando por el Peje, por anticipado presumieron una victoria pecando una vez más de soberbios: ¡que el PES los perdone!