Actores y Escenarios: Aspirantes Protagónicos
20 de noviembre - 2017

Por Esteban García

Para variar, nuestros legisladores federales cayeron en la tentación de colgarse medallas que no son suyas.

Como si no bastase que los diputados locales de Nueva Alianza presuman la ley de uniformes escolares como un beneficio que ellos darán a los niños tlaxcaltecas, dos congresistas del PAN salieron a cacarear el presupuesto para la entidad como si fuera a salir de su bolsillo.

Juan Corral y Minerva Hernández, dos aspirantes al Senado de la República, hicieron de la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2018 un pretexto para promocionarse.

Mientras el primero dijo que el estado contará con 18 mil 941.5 millones de pesos, resultado de “una fructífera negociación que encabezó el coordinador del Grupo Parlamentario del PAN, Marko Cortés, en la Cámara Baja”, la ex perredista habló de un gasto de 20 mil 237.49 millones, y hasta criticó que las bancadas mayoritarias –en alusión al PRI- no quisieran asignar mayores recursos a los estados.

Es curioso que sus cifras no coincidieran, pero más lamentable que, en el afán de acaparar reflectores mediáticos, los legisladores sigan haciendo un uso faccioso de las coyunturas.

Lo cierto es que, aunque los panistas quisieron salirse con la suya, el Ejecutivo estatal hizo lo que le tocaba sin caer en el protagonismo.

En septiembre, el Gobernador Marco Mena sostuvo una reunión con el presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara Baja del Congreso de la Unión, el diputado Jorge Estefan Chidiac, a fin de exponerle las prioridades de Tlaxcala en términos del Plan Estatal de Desarrollo. Y a principios de octubre, tuvo un encuentro con el subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Fernando Galindo, para plantear las magnitudes presupuestales de distintos proyectos de infraestructura que requiere Tlaxcala para el próximo año.

Al final, lo que importa es que Tlaxcala contará con más recursos y que, afortunadamente, no se cumplieron los pronósticos de cierta ex diputada federal que anticipaba recortes por supuestos subejercicios.

¿Y la estrategia nacional?

Y hablando del Gobernador, resultó importante que pusiera sobre la mesa su postura sobre el fenómeno de la trata de personas, durante la inauguración de la Segunda Sesión Ordinaria 2017 de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia,

Luego de que el encargado del Despacho de la Procuraduría General de la República (PGR), Alberto Elías Beltrán, señalara que este es un “delito que afecta significativamente al Estado de Tlaxcala”, el titular del Ejecutivo estatal recordó que el problema no es exclusivo de la entidad, pues hay diversas regiones del país que lo padecen.

Bajo esta perspectiva, es erróneo creer que la trata se erradicará bajo un enfoque local, cuando sus alcances son nacionales, incluso internacionales.

Desde que asumió la gubernatura, Marco Mena ha señalado que se requieren estrategias analizadas y diseñadas a nivel nacional, y evidentemente tiene que ser así, ya que las capacidades estatales deben combinarse con las federales para tener resultados más contundentes.

Lamentablemente, Tlaxcala se ha puesto en el “foco rojo” del país en esta materia, porque Tenancingo se ha convertido en un “lugar común” para la prensa que superficialmente aborda esta problemática, pues trabajos periodísticos más acabados han mostrado que se trata de una amplia red, y persistir en ponerle sello de origen es no dimensionarla en su justo peso.

No es que se niegue el problema, ni que se minimice, ni micho menos que se trate de repartir; el punto es que, si en verdad se le quiere hacer frente a la trata, los esfuerzos de los tres niveles se tienen que unificar bajo una estrategia rectora que aún hace falta.

“Pronto”

El reciente inicio de actividades de la empresa “Pronto” hizo evidentes varias cosas.

La primera, que los diputados locales se durmieron en sus laureles, y la legislación en materia de comunicaciones y transportes se encuentra rezagadas para atender diversas demandas del sector, entre ellas, la introducción de plataformas digitales que ofrecen el servicio de transporte privado tipo taxi. Sin duda, deberán de revisar este y otros temas para que el servicio de transporte en la entidad sea más competitivo.

La segunda, que los particulares aprovechan el rezago legislativo para generar oportunidades de negocio; sin embargo, aunque la Ley de Comunicaciones y Transportes de la entidad no contempla el referido servicio, sí establece que las vías estatales de comunicación son de utilidad pública y su aprovechamiento es controlado por el Estado, que tiene competencia en lo relativo al transporte público y privado, en cuanto al orden administrativo se refiere, de modo que los “emprendedores” no se pueden hacer de ladito y decir que no hay con qué regularlos. Los de “Pronto” saben que se precipitaron al entrar en operación sin contar, al menos, con un permiso administrativo, mismo que, por cierto, ahora exigen.

Y tercera, los líderes del transporte público salieron a defender sus intereses gremiales, mas no los usuarios, que ante la mala calidad del servicio de taxis están tentados a recurrir a las promesas de las aplicaciones digitales. Amagan con hacer paros para mantener en sus manos el control de un negocio que han mantenido por años en el rezago, lo que ahora los pone en disyuntiva de modernizarse o, eventualmente, perder influencia en el sector.

Lo más importante será pensar en el usuario, que es el que paga y sigue a la espera de un servicio que cumpla con sus expectativas y necesidades.