Eso lo dijiste tu, no yo: Locos de ira
15 de noviembre - 2017

Por Alfredo González

Tal como se veía venir, la profecía de La Irá desatada del Moisés del transporte en Tlaxcala amenaza con atormentar vialidades y ciudadanos por igual al ser tocado el sagrado bolsillo de aquellos que mantienen un monopolio en el gremio.

El barbón más famoso del sur reunió a los cuatro jinetes en torno a una nueva cruzada, la defensa de su control y poder económico amenazado por una nueva alternativa de transporte en Tlaxcala, una afrenta al coto de poder que mantienen y que han repartido como feudos para el sometimiento de la gente a su voluntad, de aquellos infortunados que necesitan transportarse día con día y no tienen mayor opción que abordar sus corceles de acero y arriesgarse a las temerarias manera de conducir de los choferes.

La llegada del nuevo del barrio los puso tan incómodos como un perredista en jornada electoral, les causó escozor en la piel. Y no es que la tan mencionada plataforma Pronto sea un mesías, un salvador… No pretendo ni quiero defender intereses de terceros, sólo es reconocer que Tlaxcala necesita modernidad, diversificar el mercado, innovar más allá de los acostumbrado, crecer realmente.

Pronto se ha convertido en la manzana de la discordia, la mancha de cilantro en la sonrisa que llamamos movilidad, un verdadero dolor de muelas en ese rostro avejentado que es el transporte público y las concesiones, el temor de que esa espinilla se convierta en un acné que los invada y muestre su verdadera cara, el que otros más se sumen a esta modalidad y digan «Yo también puedo brindar un mejor servicio que ellos».

Y aunque eso aún se vislumbre lejano, el hecho es que a los que formaron esta Coordinadora del Transporte, que con presiones y amenazas como chiquillo puberto exigen se ceda a sus pretenciones, harán lo imposible para sacar provecho de esta situación donde si no consiguen la salida de Pronto de las calles, serán capaces de tirarse al suelo en plena rabieta para siquiera arrancar uno o dos pesos de aumento al pasaje.

El verdadero problema no es Pronto, no importa como se llame o de quien sea, el problema de esos regordetes líderes es todo aquel que represente una competencia, directa o indirecta a sus intereses, si usted o yo cualquiera que se le ocurra transportar personas será un problema para estos muchachones, el problema es añejo, como queso hediondo, casi tanto como su coto de poder, el problema reside en sus cajones abotagados de concesiones irregulares de testaferros, está en sus oficinas, en las cajuelas y guanteras de los lujosos BMW y Mustang GT de Indalecio Saucedo, de las lujosas camionetas y deportivos de Luis Texis, Hugo Salado, de los Hermanos Martínez Lozano, de todos aquellos acaparadores que tienen el pie en el cuello de quienes viven y subsisten del volante.

Letras más muertas

Ya que nos adentramos en las entrañas de la hidra del transporte, debemos remontarnos a las antiguas escrituras, a letras muertas que ya ni el antiguo testamento contempló, el equivalente del Necronomicon en Tlaxcala un arcaico Reglamento de Vialidad y Tránsito estatal letras que milagrosamente ya no incluyen a las carreras y yeguas en su articulado.

Tienen razón el gobernador del estado, el titular de la SECTE y muchos más en torno a que el reglamento es obsoleto, algo digno del acervo del INAH casi tanto como los líderes de la coordinadora, es un tema urgente que requiere zarpazos de Tigre para su adecuación, las manos de gato no bastarían para solucionarlo.

El propio reglamento no contempla cosas, que resultan necesarias reformar, se necesita adecuar su articulado a las necesidades de un estado con más de 1.2 millones de habitantes y con alrededor de medio millón de automóviles y camiones circulando por sus calles y carreteras, si leyó usted bien, más de medio millón de unidades que lo recorren día con día y que deben encontrar forma de adecuarse a las reducidas calles de esta bella Tlaxcala y sus municipios.

El nuevo reglamento, que dicen ya está en análisis y construcción debe prever también nuevas sanciones, los salarios mínimos están casi tan extintos como los pocos Datsun que aún circulan, y es necesario contemplar nuevas modalidades o alternativas de movilidad, por que ya sea Pronto, Uber o Cabify, los viajes compartidos y hasta los afamados moto taxis, el transporte se ha diversificado, la modernidad y oferta de mercados nos alcanzó.

Tiempos modernos han llegado a Tlaxcala, y depende de todos el cómo afrontarlos, desde imbéciles que pretenden ridiculizar a los tlaxcaltecas por absurdos como las escaleras eléctricas, hasta aquellos que han encontrado la oportunidad de crecer y emprender con las nuevas plazas comerciales, espacios y locales en las ciudadanos, o a través de la red, bienvenida la innovación a Tlaxcala.

Por otro lado, el reglamento debe adecuarse para adoptar nuevos conceptos y términos que serán comunes, pues aunque no son una novedad, los autos híbridos y eléctricos son una tendencia que llegó para quedarse y predominar en un futuro, donde también deberán hacerse nuevas adecuaciones las que afortunada o aterradoramente al final de la historia caerán en manos de otra mafia con ambiciones propias, mafia de 25 perdonas que llamamos diputados y ahí si, sólo ellos y sus bolsillos sabrán que pasará.

Carretera al infierno

Bastaron un par de semanas desde que el estado estrenará la competencia del periférico de la capital a la Policía Federal para que la anarquía y el desastre se apoderara de lo que fue creado como una alternativa vial a las apretadas calles de Tlaxcala, la practicidad de circular por esta nueva vía se ha convertido en una suerte de accidentes y encuentro de pilotos frustrados con aspiraciones de fórmula 1.

Y es que no se usted, pero para muchos ya es común observar como aquellos bólidos locales ocupan los carriles para lucirse a velocidades excesivas al son de reggaeton, dejando a su paso voladuras y choques constantes, mientras que los «federales» dan rienda suelta a sus habilidades de somelier de garnachas y tacos en los puestos a orillas de carretera, lo mismo sea unas carnitas o barbacoa, o cualquier estanquillo en la vía Corta.

Los operativos de radar de velocidad y patrullajes se fueron, y se llevaron consigo la seguridad de transitar por la zona, donde ahora encuentras autos volcados a la orilla de la carretera, tracto camiones estacionados y hasta uno que otro despistado peatón deambulando.

No quiero decir que la PF no haga su trabajo, hay muchos elementos que día con día cumplen con su labor y responsabilidad social en Tlaxcala, y hay otros que técnicamente sólo se preocupan por «Protegerse a la servirse de la Comunidad», los moches y mordidas a automovilistas son juego de niños para algunos de ellos, basta con decir que, algunos de esos elementos, mandos altos por cierto, gozan ya de propiedades extensas y lujosas residencias en la zona de Hueyotlipan, una al lado de otra, de la mano como lo han hecho para escalar en el escalafón policial y donde hoy en día disfrutan en las altas esferas nacionales, y donde hasta una comunicativa regia, adscrita a otra dependencia federal de carreteras, goza de la cercanía y compañía de uno de estos «jefes».,

Hasta aquí por ahora de los Carmelos Vargas con patrulla, los que les dieron una placa y creyeron volar aunque sus barrigas les dijeran lo contrario, lo que no entendieron aún que el poder se acaba, y que las compañías y triquiñuelas terminan a flote en el desagüe.