Calmantes montes…
15 de noviembre - 2017

Por Edgardo Cabrera

Entres los priístas, sobre todo los de viejo cuño, parece que aún no terminan de entender el estilo de Marco Mena y andan como cabras desbocadas en busca de ser candidatos a diputados locales o legisladores federales.

Lo cierto es que el primer priísta del estado no tiene la menor intención de acelerar los tiempos y aún después de que sea destapado el candidato presidencial (previsto entre el 20 y 28 de noviembre) no apresurará el palomeo en Tlaxcala.

Es claro que al gobernador le interesa un Congreso local con mayoría priísta y con diputados verdaderamente aliados a su proyecto que le permitan llevar a buen rumbo los últimos 3 años de su administración.

También está obligado a entregarle buenas cuentas a Peña Nieto y sumarle el mayor número de votos que se pueda al candidato oficial, incluso hacer la proeza de ganarle al Peje que ha hecho de Tlaxcala un bastión cada vez que aparece en las boletas.

Por tanto las prioridades de Marco son dos: el Congreso local y mantener una estructura que pondrá al servicio de la coordinación nacional de la campaña del gallo presidencial.

Aunque no guste, el mandatario será el único que decida quiénes serán los candidatos a las diputaciones locales, incluso a quiénes les consentirá la búsqueda de la reelección y eso dependerá de los resultados de las mediciones que ya se aplican.

Y para que no sigan haciendo olas, sabemos que nadie en su gabinete tiene luz verde para moverse y hacer campaña, aquellos que se han aventurado lo más seguro es que se queden con las ganas porque para ellos la evaluación será más dura, no solamente será en materia de posicionamiento, sino de los resultados que entreguen en las dependencias que se les confiaron.

En el caso de las candidaturas federales no hay vuelta de hoja, esa es decisión del Presidente Peña y el gobernador (como suele ocurrir en el sistema priísta) tendrá facultad de veto y de propuesta.

Cultura

A colación de la entrega de recursos que hizo ayer el gobernador Marco Mena a artistas y difusores de cultura, nos enteramos que el ITC fue de las pocas -si no es que la única- dependencia del Gobierno del Estado en presentar proyectos directamente en la Cámara de Diputados.

Y es que el rubro de la cultura fue severamente castigado en el presupuesto federal de este 2017, por los problemas económicos del país y la ineficacia de Willie, y para el 2018 también será impactado por el millonario financiamiento etiquetado para la reconstrucción ante los terremotos de septiembre pasado.

Previendo la austeridad, lograron cabildear el financiamiento de 5 proyectos: Restauración integral de los murales de palacio de Gobierno; Instauración de colectivos para atención a jóvenes de Tenancingo y San Pablo del Monte; Programa de conservación del acervo artístico del gobierno del Estado; Programa de desarrollo de la red de centros culturales, así como el equipamiento del teatro Xicoténcatl.

Por cierto que llama la atención que a pesar de la reducción de 1 millón de pesos, en relación al año pasado, el 32 festival internacional del títere “Rosete Aranda” superó las expectativas de asistencia, funciones y municipios atendidos.

Las funciones del festival llegaron además a albergues, hospitales y centros de rehabilitación de Oaxaca, Morelos, Puebla, CDMX, Estado de México y Guerrero.

Seguimos preguntándonos qué hizo en su momento el antecesor de Juan Antonio González Necoechea, y es que Willebaldo Herrera ejerció recursos sin precedentes en el sexenio pasado pero sus resultados fueron lastimeros, eso sí, mucho de ese dinero sirvió para financiar bailes populares en municipios y hasta para pagar las recetas médicas y gastos hospitalarios de altos funcionarios, empezando por el señor que los encabezaba.