Sismos 2017: consecuencias y lecciones
11 de octubre - 2017

Por Joel Paredes Olguín

El ejercicio de consulta desarrollado en la entidad para conocer la percepción ciudadana a partir de registrarse el sismo del pasado 19 de septiembre, llevado a cabo por el Centro de Estudios Electorales y Opinión Pública, arroja interesantes datos respecto al estado de ánimo que prevalece entre los habitantes luego de un fenómeno natural que afectó a varios estados en el centro del país, y que en Tlaxcala, si bien con consecuencias menos dramáticas que en otras localidades, se registró afectaciones en edificios públicos, escuelas, templos religiosos e infraestructura urbana.

Sin embargo, la tranquilidad de los tlaxcaltecas fue lo más afectado: destaca el hecho de que más de la mitad de los entrevistados reconocen padecer, hasta el momento, una sensación de ansiedad (30%) y miedo (20%), mientras que perduran los sentimientos de decepción (16%) y enojo (9%).

Si bien las actividades cotidianas, la economía y la vida social se han reactivado “con normalidad”, la psicosis social generada por el movimiento telúrico se mantiene presente en el ánimo de la ciudadanía. El temblor de septiembre pasado y la posibilidad de que próximamente se registren otros más, sigue siendo tema de conversación y especulación cotidianas.

No obstante, aunque en menor proporción, no deja de estar presente en las respuestas de los entrevistados cierta dosis de optimismo y orgullo por las muestras de organización y generosidad que solidariamente emergieron en medio de la crisis por parte (sobretodo) de ciudadanos y organizaciones civiles que atendieron con prontitud los llamados de apoyo a los afectados por el sismo.

Sobre el desempeño de las autoridades en la atención de la contingencia, los entrevistados emiten una opinión, si bien no del todo reprobatoria, sí ubicada mayoritariamente en los niveles que van de “regular” a “mala”. Así, casi la mitad de los participantes consideran que la actuación de las instancias gubernamentales estatales, fue entre regular (49%) y mala (25%).

Parámetros similares se obtuvieron en lo que hace al quehacer del gobierno municipal de la capital del estado para atender la emergencia: 42% consideraron que su reacción fue “regular”, y 38% “mala”. Lo que es similar en cuanto a la evaluación que los entrevistados hacen de las instancias de protección civil y seguridad pública, cuya actuación fue considerada como regular por 47% de quienes respondieron, mientras que 30% de ellos la calificaron mal.

Otro tanto puede mencionarse respecto a la evaluación de cómo reaccionaron las autoridades educativas (el sismo ocurrió durante el horario de clases), cuya actuación es percibida como “regular” por 43% de los entrevistados, mientras que un 27% considera que ésta fue de plano “mala”. Destaca la muy positiva evaluación del desempeño de la sociedad en general (60%), mientras que solamente 17% de los participantes la descalifican.

Destaca notoriamente un dato por demás interesante: casi tres quintas partes (57%) de las personas que respondieron el cuestionario manifiesta su preocupación por las condiciones de seguridad en que operan los centros educativos tras los sismos; aspecto que debiera ser atendido por las autoridades con atingencia, al ser de los temas más sensibles para la sociedad. Otro tanto puede decirse respecto a la necesidad de contar con un sistema de alerta sísmica, cuestión que es considerada como muy necesaria por 41% de los participantes.

Resultan muy esclarecedores los datos acerca del conocimiento sobre los protocolo de actuación: mientras que una tercera parte de los entrevistados ignora qué hacer en caso de sismo, al menos tres quintas partes desconoce cuáles son los lugares seguros, en tanto que tres cuartas partes no podría determinar si su casa tiene daños estructurales, y más de la mitad de los participantes ignora el plan de contingencia escolar, del mismo modo que 85% desconoce lo relativo a los planes de protección civil.

Esta es quizá la principal lección que a la sociedad y a las autoridades deja el sismo del pasado 19 de septiembre: la enorme vulnerabilidad social a la que estamos expuestos al no contarse con una estrategia definida y un programa adecuado de protección civil que involucre a la ciudadanía y la haga consciente de su co-responsabilidad al respecto.

ENCUESTA SOBRE SISMOS-TLAXCALA-OCTUBRE 2017-2