Descalabrados
6 de octubre - 2017

Por Edgardo Cabrera

Malas noticias recibieron los corifeos tlaxcaltecas de Margarita Zavala luego de que trascendiera la eventual salida de la señora de las filas del PAN, en berrinche porque no le quieren dar la candidatura presidencial.

Claro, la lectura de los margaros es que el dirigente nacional, Ricardo Anaya, se agandalló el partido y en complicidad con el PRD y Movimiento Ciudadano pactó su eventual nominación a la silla más grande del país.

Y mientras en el plano nacional se hacen trizas entre dimes y diretes, en el contexto local los primeros damnificados que dejará la determinación son los hermanitos reigual encabezados por el Angelote (que más bien parece chamuco vestido de azul) quien ya se frotaba las manos para regresar a las mieles del poder vía una candidatura.

Otra más que podría resentir la determinación es la senadora Adriana Dávila, que si bien ha tratado de mantener distancia con la esposa de Felipe Calderón y no se ha unido al grupo de sus correligionarios que repudian a Anaya, lo cierto es que para nadie es desconocida su simpatía y amistad con el ex presidente de la República.

Recordemos la más reciente visita de Margarita Zavala a Tlaxcala donde la senadora recibió y acompañó a la señora en sus actividades y eso es algo que le sacarán a relucir sus antagónicos en el partido empezando por los Morenovallistas.

De concretarse el sábado el registro de intención para la candidatura independiente de la ex primera dama del país, veremos si esos que le juraron amor eterno en Tlaxcala la siguen en su aventura o la dejan morir sola.

Por lo pronto, es claro que las cosas pintarán mejor para los anayistas, uno de ellos el propio dirigente estatal, Carlos Carreón (que desde hace meses reniega de Adriana pese a que lo impuso al frente del PAN) quien podría disputarle a la senadora la diputación federal plurinominal.

Otro más, y por sorprendente que pareciera, es el ex alcalde capitalino Adolfo Escobar quien se ha mantenido muy cerca del equipo de Ricardo Anaya desde que dejó la alcaldía y ha operado a favor de su candidatura presidencial en Tlaxcala.

Cruel realidad

Un nuevo asesinato consternó a la sociedad poblana, se trata de una estudiante de la BUAP, la segunda en menos de un mes, recordemos la desaparición y homicidio de Mara Fernanda cuyo caso trastocó a Tlaxcala debido a la desinformación del vecino gobernador Antonio Gali.

Ahora la víctima fue Mariana Fuentes quien perdió la vida durante un presunto atraco cometido a las afueras de una casa donde vivían sus amigas a las que fue a visitar la noche del pasado sábado en la colonia Reforma Agua Azul.

Al igual que en el lamentable caso de Mara Fernanda, la verdad y los hechos caen como una pesada loza sobre la administración del discípulo más avanzado de Rafael Moreno Valle.

Ante la ola de feminicidios que devasta a las familias del vecino estado desde el sexenio anterior, entendemos la urgencia del gobernador Gali por tratar de desviar la atención a Tlaxcala en el caso de Mara Fernanda sin importar re victimizar a la universitaria y satanizar a todo un pueblo.

Ahora sabemos que en el caso que impactó a Tlaxcala, el gobierno poblano, por medio de su Fiscalía General de Justicia, fue corresponsable al expedir el 10 de agosto una constancia de antecedentes no penales a Ricardo Alexis –N- (presunto asesino y violador de Mara), uno de tantos documentos requeridos por Cabify para que el particular pudiera brindar el servicio de taxi.

De acuerdo con los datos recabados, el señalado contaba con antecedentes criminales por robo de combustible, aún así ese gobierno le otorgó la constancia.

En lo que va del año y contando el caso de las dos estudiantes de la BUAP, suman 60 feminicidios en el vecino estado, aún así no faltan los deschavetados que andan en franca promoción para que Moreno Valle sea presidente de la República y la esposa de éste mantenga el virreinato de Puebla.