El Regateo Post Sismo, ventana de oportunidad
28 de septiembre - 2017

Por Mauricio Hernández Olaiz

Lo que antes de los sismos del 7 y 19 de septiembre parecía poco menos que improbable, hoy es parte de la demagogia y del regateo electoral. La enorme presión social en redes ha logrado, por fin, poner en la agenda nacional un tema que ha sido factor de la enorme desigualdad en México, el financiamiento a los partidos políticos.

No fueron pocas las quejas luego de que el INE diera a conocer el presupuesto multimillonario para las campañas del 2018, pero esas quejas eran ignoradas por los oídos sordos de la autoridad electoral y de sus principales beneficiarios, los partidos. Pero luego de los terremotos que golpearon con gran dureza a los estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Morelos, Puebla, Tlaxcala y la ciudad de México, ese presupuesto se volvió a poner en tela de juicio, es impensable considerar un gasto de tal magnitud para una elección mientras el país está requiriendo de una reconstrucción.

Pese a que los tres poderes de la unión tienen como consigna principal el lema de “la Patria es primero”, la renuencia inicial para dar marcha atrás al presupuesto electoral fue más que evidente, usando como pretexto el hecho de que se estaría violando la ley al tomar ese dinero pues se consideraría desvío de recursos, los institutos políticos se negaron tajantemente a dicha posibilidad, en esto coincidieron diputados, senadores y el propio INE.

Pero entonces vino la avalancha mediática, la unidad como pocas veces se ha podido documentar en la era post redes sociales, “no les estamos preguntando señores políticos, les estamos exigiendo nuestro dinero.”

Y la postura social es lógica, ¿cómo se escudan en la ley cuando ellos son los primeros en violentarla mientras a sus intereses convenga?, y es que el colectivo nacional tiene muy claro cómo actúa su clase política, no hubo ley que detuviera los desfalcos de los Duarte, Borge o Padrés, no hay ley que valga cuando el presidente gasta millones en auto promoción, no hay ley que controle a los hampones de Graco o Romero Deschamps, la ley no sirve cuando se trata de reformar a modo la educación o el petróleo, bueno hasta se pasa por encima de la ley cuando el congreso congela el reloj legislativo cuando están en desacato, ¿De qué ley me hablan?, sobre todo cuando la Patria es primero y se debe de reconstruir a la nación.

La amenaza es clara por parte de una ciudadanía altamente sensibilizada por los desastres sufridos, “si los políticos no quieren entregar lo que es del pueblo, dinero que nos pertenece, entonces tomaremos cartas el año que entra, el año electoral, el sismo no se olvida, la indiferencia de los partidos y sus actores mucho menos”, eso fue como un choque eléctrico de 10,000 volts.

Por todo lo anterior lo que al principio fue un NO rotundo, luego paso a un tal vez, posteriormente a un sí se puede, ahora es ya un discurso demagógico, en donde todos regatean para ver qué partido cede más en busca de la simpatía de un enfurecido electorado.

Primero el doble moralista de AMLO ofreciendo un 20% de sus prerrogativas, luego el “Clavillazo” de Ochoa Reza regateando con entregar las prerrogativas que le restan del 2017, el mentado frente amplio con su ya histórico “no debe haber financiamiento público a partidos pues son impuestos pagados por la gente; militantes y simpatizantes deben donar los recursos para que sus partidos puedan subsistir.( Pero del financiamiento a las campañas ni hablaron).

López Obrador volvió a la carga del regateo y ofreció, ya no el 20%, sino el 50% del presupuesto regular de Morena y de la campaña del año entrante, a lo que el PRI de inmediato reviró sacando de la chistera otro de las asuntos incómodos para el ciudadano, los plurinominales, Ochoa Reza a través del coordinador de la bancada del PRI en San Lázaro; César Camacho, subieron a la tribuna la necesidad inmediata de retirar a los legisladores plurinominales, además de también exigir, sí… leyó bien, exigir que se reforme la ley para que nunca más un peso de los mexicanos sea destinado a los partidos políticos y sus campañas.

Insisto, demagogia pura, regateo electoral, refranes conocidos son aquellos que dicen que “De lengua me como un taco”, “el prometer no empobrece” y “las palabras se la lleva el viento”, sin dudas todas aplican. Esto no llega por casualidad, la coyuntura electoral lo exige, la ciudadanía lo demanda, pero es precisamente ahora que los tenemos “por los huevos” que no debemos soltarlos, pasada la emergencia debemos darles con todo exigiendo que esas promesas se vuelvan ley, que sean parte de la constitución, de lo contrario serán, tan solo, promesas vanas ofrecidas en momentos de desgracia.

No nos equivoquemos, a los políticos no les importa si la gente perdió su casa, su patrimonio o a toda su familia, les importa su posición de poder, y si para ello deben de ceder algunas canonjías, lo van a hacer, pero no porque la patria sea primero, sino porque su familia, su gente lo es y no quieren, ni piensan, perder el control, es por ello fundamental que la unidad del colectivo nacional no quite el dedo del renglón, ya medio abrieron la puerta ahora pongámosles el zapato y abrámosla de par en par…y no hay que esperar a que sean las promesas de campaña el año entrante (finalmente esas ya las hizo Peña Nieto en el 2012 y nunca las cumplió), tienen que ser AHORA, de lo contrario, se desvanecerán como el humo pese a la amenaza de que nos la cobraremos en el 2018…

Es simple, para las próximas legislaturas no deberá haber ya plurinominales, ni en los congresos locales, ni el senado, ni en la cámara de diputados, las campañas deberán pagarlas de sus bolsas los interesados y el dinero destinado a ellas , aún etiquetado por el INE, será para la reconstrucción de la nación, y no solo en lo material, es tiempo de un cambio sustancial en lo social y económico, hoy somos todos hermanos, pero si no hay voluntad para seguir así, la hermandad y las promesas de un cambio sustancial serán solo un recuerdo mordaz de un momento en el que pudimos renacer de la tragedia para hacer historia….o ¿solo seremos recordados y conocidos por ser solidarios y extraordinarios en la desgracia por evento, pero eternos apáticos por decreto?

Sobre el triste caso de la “niña Frida Sofía”, te invito a leerme la semana entrante.

@olaizmau