La inmensa solidaridad del pueblo mexicano
24 de septiembre - 2017

Por Carlos Carreón Mejía

Bastó con que terminara el temblor para que vecinos y transeúntes sin importar experiencia, empezaran, piedra por piedra a retirar los escombros de los edificios caídos en la Ciudad de México, Puebla, Morelos y Estado de México.

Con la dispersión del polvo se asomaba el tamaño de la tragedia que vivía México; en una muy desafiante jugada del destino nos ponía un temblor de 7.1 grados, justo 32 años y cinco horas después de aquel devastador terremoto de 1985.

Para fortuna de Tlaxcala solo tuvimos daños materiales, principalmente en templos, algunas escuelas y el hospital general de Tlaxcala, pero ninguna víctima que lamentar.

Pasó solamente un día para que la sociedad tlaxcalteca en su conjunto, levantara la mano en señal de ayuda. Los parques, principalmente de Apizaco y Tlaxcala, se convirtieron en un gran centro de acopio en el que en una operación hormiga llevaban uno a uno bolsas con alimentos, medicinas y ropa.

Resulta que estamos muy lejos de ser un país de violadores, ladrones y holgazanes, como lo afirma el Presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump. El pueblo mexicano sacó lo mejor de sí, para tenderle la mano a los cientos de familias que perdieron todo en el devastador terremoto.

Sin lugar a dudas México es otro país a partir de 1985. La cultura de la protección civil cambió por completo la manera de reaccionar ante un sismo y nos permitió madurar de tal forma que se pudieron salvar miles de vidas el martes pasado.

Es la solidaridad la que nos une como país; esa es la grandeza de México y de los mexicanos, a quienes no nos importa no comer y no dormir, si eso nos ayuda a salvar la vida de alguna persona que haya quedado atrapada en alguno de los edificios derrumbados.

Por otra parte y no menos importante, fue la petición a través de redes sociales para que los partidos políticos renunciáramos a parte del financiamiento público para que fuera sumado al Fondo Nacional de Desastres, y ayude a reconstruir a los estados afectados por el sismo.

La respuesta del PAN fue inmediata, si, estamos de acuerdo en que el dinero otorgado a los partidos políticos sea reasignado para que pueda ser destinado a las víctimas del temblor; pero vamos más allá, proponemos que se elimine por completo el financiamiento público a partidos políticos, que se eliminen los privilegios del Gobierno Federal en cuanto a telefonía celular, gastos de representación y seguros médicos particulares, y en la reducción de publicidad del Gobierno Federal en los medios de comunicación.

Se necesita un plan de austeridad permanente y no una “donación ocasional” tras este sismo. México está hablando y la obligación que tenemos como instituciones políticas, es hacerle caso a las millones de voces que tienen una petición clara hacia la clase política.

Agradezco el favor de su lectura.