El PRI-mitiva visión 
3 de septiembre - 2017

Por Carlos Carreón Mejía

Ya lo habían hecho la semana antepasada culpando a la familia de Ricardo Anaya de un supuesto tráfico de influencias que habría favorecido a su familia política. Esta semana, la historia continúa…

Resulta que el Congreso de la Unión ha caminado durante veinte años con acuerdos parlamentarios que han permitido la pluralidad y equilibrio de las fuerzas políticas; esto, desde que el Revolucionario Institucional dejó de ser por si solo mayoría absoluta en ambas cámaras.

Desde entonces, los acuerdos entre los grupos parlamentarios para ocupar los órganos de gobierno del Senado y la Cámara de Diputados, han permitido desahogar temas trascendentales para la vida de nuestro país.

En un hecho inédito, el pasado jueves el Partido Revolucionario Institucional rompió este esquema dando dos duros golpes: a la autonomía parlamentaria, y al avance de las mujeres en la encomiendas de cargos de mayor jerarquía en la vida política del país.

“Usted no puede ocupar el cargo de Presidenta del Senado de la República porque necesitamos a alguien con mayor estatura política” fueron las palabras que el senador Emilio Gamboa le compartió a la senadora Adriana Dávila, previo a elegir la mesa directiva del Senado mexicano.

Vamos por partes… ¿quién tiene la calidad moral para medir la estatura política de otro compañero senador? ¿En un país donde el quehacer político está denigrado, no se necesitan perfiles honestos que ocupen cargos con poder de decisión? ¿Dónde quedó la autonomía que cada grupo parlamentario tiene dentro del Senado?

La respuesta de Gamboa fue una sola: -No, ellas no, elijan a alguien más…

El Grupo Parlamentario del PAN había elegido a quienes habrían de dirigir los trabajos del último periodo de la actual legislatura. El PRI no debió haber tenido ningún motivo para cambiar el consenso logrado entre las senadoras y senadores panistas en el recinto de Reforma.

Pese al acuerdo interno, el PRI dijo no, e impulsó a otro panista que en palabras del coordinador del Grupo Parlamentario, Fernando Herrera, “no representa a Acción Nacional” para presidir la mesa directiva de la cámara alta.

Si bien es cierto que las mujeres han avanzado con políticas como la creación de una paridad de género en las candidaturas; en la realidad, sigue habiendo misoginia de algunos actores de primer nivel, quienes se siguen aferrando a no soltar el poder para dar paso a mujeres, con todas las habilidades y capacidades para ocupar cargos tan importantes como el discutido en la Cámara de Senadores el jueves pasado.

Desde Tlaxcala, mi reconocimiento a las senadoras Adriana Dávila y Laura Rojas, de quienes reconozco, no solo sus capacidades -que jamás pondrían en tela de juicio- sino su experiencia y estatura política para ocupar un cargo de tan alto nivel, como el de dirigir los trabajos de la Cámara de Senadores.