Cómplices por omisión
1 de agosto - 2017

Por Edgardo Cabrera

En materia de seguridad queda claro que no todos están haciendo su trabajo. En los municipios la falta de capacitación, certificación y armamento sigue, pese a que de forma reiterada lo hemos denunciado.

Por dicha omisión más de una localidad se ha convertido en blanco fácil de la delincuencia, ahí están los robos de cajeros automáticos bancarios, el más reciente registrado la madrugada del lunes en Tetla, dentro de CIX I.

Pero si revisamos los casos de delincuencia veremos que la constante es la ausencia de vigilancia, la ineficacia de las corporaciones municipales e incluso su colusión, o cómo explicar asaltos a plena luz del día y a escasos metros de las comandancias, ó el asesinado de uniformados en Tequexquitla, hecho que sigue impune.

Este año también, con las nuevas administraciones, fue baleada la alcaldía de Altzayanca, en Ixtenco se metieron a la jefatura de la policía para robar equipo de radiocomunicación e hirieron a un uniformado, y sigue imparable el hecho de que poblaciones aledañas a Puebla sirvan de tiradero de ejecutados.

Tetlatlahuca, Huactzinco, Natívitas, Tequexquitla, Ixtenco, Sanctórum y la lista sigue de municipios donde los policías y sus superiores no han acreditado controles de confianza, por lo que no pueden portar armas o carecen de éstas.

Incongruencias

El caso de Tequexquitla se cocina aparte, a 7 meses de administración el aprendizaje ya no es pretexto para dar resultados.

No puede ser que la autoridad sea la primera en tolerar las conductas ilegales como la venta de contrabando, que incluye combustible, y hasta la retención ilegal de personas, como lo denunciaron miembros del staff del grupo musical Ángeles Azules que, según su dicho, no los dejaron retirarse después de su presentación en la feria por órdenes del alcalde.

Si bien el edil, Oscar Vélez Sánchez negó el asunto y dijo que lo calumniaron, el hecho es que la agrupación nunca se retractó de la acusación.

Por cierto, ¿de dónde salió el dinero para pagarle al grupo?, considerando que esa población se encuentra entre las 3 del estado con mayor pobreza y el presupuesto que manejan es raquítico.

Y para rematar, ayer en ese lugar intentaron matar a un Policía Federal, hablamos ya de un pueblo sin ley.

¿Y dónde están?

En el extremo contrario las cosas no son mejores con los policías federales.

Cómo explicar que a pesar de que son los “mejor” capacitados, cuentan con equipo de última generación y los mejores automóviles de todas las corporaciones, en sus narices ocurran robos de camiones cargados de mercancías o que los accidentes –con saldos trágicos- estén a la orden del día.

Son ellos los principales responsables de que Tlaxcala esté a la cabeza en la incidencia de robo en carreteras.

Las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública así lo confirman, al corte de mayo se reportaron 572 casos: 464 en agravio de transportistas de carga y el resto fueron autobuses y vehículos particulares.

Basta salir a cualquier carretera para constatar la nula presencia de los elementos de la PF, sus rondines son meteóricos y a los escasos elementos se les ve recurrentemente como comensales en los restaurantes o fondas, eso sí, a pie de los caminos mientras los delitos se cometen flagrantemente.

Con dicho panorama qué sigue: ¿encomendarse a los niños mártires? o ¡poner orden de una vez por todas!