Por Esteban García

Nuestros representantes populares andan en campaña. Si dicen que el interés tiene pies, las elecciones también. Lo malo es que, a falta de propuesta y talento, más de uno –o una- usa los problemas de México y Tlaxcala para atraer reflectores.

Primero, la senadora petista Martha Palafox se “sumó a los llamados que diferentes sectores sociales han hecho” para que el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, renuncie a su cargo por el socavón del Paso Exprés en la México-Cuernavaca.

Luego, a propósito del Día Mundial contra la Trata de Personas, la senadora panista Adriana Dávila se pronunció por reformas a la Ley General Contra la Trata de Personas, aprobada en su momento en el Senado –donde ella preside la comisión en la materia-, porque asegura que es urgente sancionar a los delincuentes y atender a las víctimas.

Y luego de que el Inegi presentara sus cifras en materia de homicidios en el país, la senadora pro-pejista Lorena Cuéllar exigió a las autoridades locales implementar políticas públicas que permitan “inhibir los hechos que han enlutecido en lo que va de este año a 57 familias”, de acuerdo a un comunicado que hace evidente su comprensión parcial de este fenómeno.

Las ex aspirantes a la gubernatura, que anhelan brincar a la Cámara Baja del Congreso de la Unión, persisten en autopromoverse, sociabilizando sus posiciones francamente irrelevantes sobre la problemática social, a falta de verdadero trabajo legislativo que las avale.

Otro ejemplo es el legislador federal Juan Corral, que se promueve en las comunidades con sus visitas de verificación a los centros educativos de la entidad, bajo el pretexto de revisar la adecuada aplicación de los recursos del Programa Escuelas al Cien.

Como si se tratara de personal de la ASF o el OFS, el panista va con la máscara de fiscalizador por los municipios para salir en la foto de los contendientes al Senado, al igual que lo hace Minerva Hernández, que da banderazos de obra en comunidades, promueve el Frente Amplio Opositor, y se da tiempo para recomendarle al Ejecutivo ayudar a los municipios a abatir laudos laborales, y hasta sanear el Río Zahuapan.

VENCIDAS

Por cierto, una vez más, los principales institutos políticos midieron fuerzas en la entidad. Esta vez, en la elección de la Secretaría General de la Sección 27 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA).

Los pronósticos se cumplieron, y la priista Blanca Águila Lima se impuso con muy amplio margen a Daniel Romero López y a Alberta Hernández Netzáhuatl, vinculados con las ex candidatas a la gubernatura por el PAN y el PRD, Adriana Dávila y Lorena Cuéllar, respectivamente.

Los resultados fueron contundentes y demostraron que el trabajo político funciona, pero también que cada vez más se ve disminuida la influencia de las ex abanderadas, cuyas estructuras vienen a menos tras los comicios de julio de 2016, que las marcaron con la derrota.

Ahora, ante una votación que no les favoreció y a las acusaciones de anomalías que no han acreditado, veremos si los aspirantes a la dirigencia sindical que no fueron favorecidos son institucionales y respetan la voluntad de la mayoría, o siguen el ejemplo de quienes no saben perder.

MINTIÓ

El dirigente estatal del PANAL, Humberto Hernández Hernández, evidenció el protagonismo del perredista Juan Manuel Cambrón.

Hace poco, el presidente del CEE del PRD anunció de manera unilateral que Nueva Alianza estaba dentro de las pláticas para formar parte de su “Frente Amplio Opositor”, ante lo cual Hernández Hernández negó categóricamente el apoyo de esta iniciativa, tras recordar que su partido formó parte de la coalición política que triunfo en 2016, por lo que, al transformarse ésta en coalición de gobierno, mantienen en lo local su compromiso político y ciudadano con la actual administración estatal.

Además, de cara al próximo proceso electoral, su dirigencia nacional no tiene definiciones… aunque ya sostiene pláticas con el PRI.