Rumbo al 2018
24 de julio - 2017

Por Edgardo Cabrera

Los partidos políticos pisaron el acelerador para construir las alianzas para el 2018, y en este sentido llama la atención el clan Ortiz que no tiene mucho a dónde moverse.

Aunque, como siempre, tratan de vender caro su amor, el asunto es que sólo tienen de dos sopas para poder competir en las elecciones federales al tiempo de no perder terreno en el Congreso local.

Pese a que intentaron una alianza con Morena, sus posibilidades de candidaturas se redujeron ante el pacto de AMLO con el PT que, en el caso de Tlaxcala, se traducirá en cederle a Silvano Garay la segunda posición de la fórmula al senado, posición a la que aspiraba Héctor Ortiz.

En el caso de las diputaciones federales, no hay vuelta de hoja, el distrito II es de Lorena Cuéllar por lo que tampoco tienen cabida los Ortiz en la eventual alianza Morena-PT.

De ahí que solamente les queda sumarse al bloque PAN-PRD ó al del PRI y sus aliados.

Para ambos lados hay coqueteos, en el caso del tricolor recordemos que el PAC se sumó al bloque oficial al avalar el Plan Estatal de Desarrollo de Marco Mena.

Desacuerdos

En eso de la construcción de alianzas, en las primeras pláticas entre el PAN y PRD han prevalecido los desencuentros ante la insistencia de subir nombres a la mesa de las negociaciones.

Y es que mientras el bloque azul pretende imponer desde ahora a sus cuadros como candidatos, el PRD pide que primero se haga el reparto de los distritos federales.

En este tenor nos enteramos que el amarillo plantea ceder al PAN el distrito 1, el segundo distrito proponen que sea para el PAC -y con ello meterlo así al bloque en busca de ganar las elecciones del 2018-, en tanto que el PRD demanda el distrito 3.

En el caso del Senado deberán esperar los acuerdos nacionales para resolver qué posición le toca a Tlaxcala en materia de equidad de género, es decir, conocer si la fórmula la encabezará mujer u hombre.

Por lo pronto seguirán las negociaciones en busca de tener un pre acuerdo que además incluirá el reparto de los 15 distritos locales.

Como los cangrejos

El doble discurso parece imperar en algunos asambleístas, como en el caso de la panista Dulce Mastranzo Corona que pretende dotar de sueldo a los consejeros de la CEDH que, hasta el día de hoy, tienen el grado de honoríficos.

La propuesta turnada a comisiones la semana pasada es un franco retroceso que lastima el endeble presupuesto del organismo.

Lo cierto es que los miembros del consejo consultivo, ni en el pasado –cuando cobraban un sueldo e incluso se rotaban la presidencia de la CEDH-, ni ahora que son honoríficos, han sobresalido en su labor, de ahí que no se justifica la retrógrada intentona de Mastranzo.