Las antípodas: Serenos morenos
7 de junio - 2017

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” Albert Einstein

Por Juan Manuel Cambrón Soria

Hace apenas una semana, le anticipaba amable lector sobre la revalorización de los bonos políticos del PRD rumbo al 2018 producto de las elecciones en el Estado de México. Y temo decirle, para molestia de extraños y beneplácito de propios, que no me equivocaba. Los resultados globales de las elecciones para el principal e histórico partido de la izquierda han sido positivos; en Nayarit se gana el gobierno del estado y en Veracruz más de 100 alcaldías en coalición con Acción Nacional; mientras que, en las tierras de Peña Nieto, el gran trabajo del partido y su candidato Juan Zepeda, colocaron al PRD en la salida de arranque hacia el 2018 en una excelente posición.

En otra entrega de esta columna, ya hacía referencia este escribano a la tradición autoritaria del PRI y sus gobiernos, a que la peor versión de ese partido político se estaba reproduciendo a lo largo y ancho del país; y lo que vimos en la jornada electoral del pasado domingo es esa versión deplorable, decadente, grotesca, insultante e ignominiosa del PRI; el PRI que compra conciencias, que amedrenta adversarios, que dispendia recursos públicos a diestra y siniestra, que copta funcionarios de casilla, que utiliza el aparato del gobierno y los programas públicos para lucrar con la pobreza y las necesidades de la gente, el partido que hace fraude como hacer panques en la casa de la abuela; en resumen, el nuevo PRI, que no es otra cosa que el viejo PRI, pero recargado (léase también el capítulo Tlaxcala 2016).

Lamento profundamente que el PRI retenga el Estado de México de confirmarse el resultado en los cómputos; será tristísimo que esa entidad siga siendo gobernada por una camarilla de ineptos e incapaces; y resultará peor aún que se hagan del gobierno estatal maquinando un fraude electoral como solo ellos saben hacer (recuerden a Manuel Bartlett en 1988 y la caída del sistema).

Esa elección, como la de Coahuila, deben limpiarse. Se debe llegar de ser necesario al recuento voto por voto y casilla por casilla; tal y como desde el PRD lo exigimos en 2006.

Ahora bien, a simple vista, sin ser un gurú o sin poseer en oráculo de Delfos, el resultado nos lanza una bola cantada hacia el 2018…la alianza de la izquierda, o sea PRD y Morena, es la ruta más lógica y menos zigzagueante para encarar la elección Presidencial. La pregunta es ¿López Obrador dejará de lado su soberbia y aceptará ser parte de una coalición? su séquito de seguidores, que ya se ven por cierto como candidatos, delegados o hasta secretarios de estado ¿estarán dispuestos a construir un proyecto progresista rumbo al 18? ¿aprenderá por fin AMLO de todos sus errores históricos y permanentes?

Escucho voces coléricas que quieren responsabilizar a otros de los resultados de Morena en EDOMEX, leo odio y encono en contra del perredismo y los lacayos escupen fuego, percibo dosis de victimización política y grados de martirización mesiánica. Y ante todo eso debo decir, serenos morenos… aún hay páginas que escribir.