Derechos Humanos, de los mayores pendientes con los tlaxcaltecas
28 de mayo - 2017

Por Carlos Carreón Mejía

La semana pasada el poder legislativo inició con el proceso de evaluación de quienes integrarán el Consejo Consultivo de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, así como del próximo presidente de dicho organismo autónomo, luego de un largo proceso de impugnación que detuvo dicho trámite desde la legislatura pasada.

No es un tema menor, al contrario, el organismo estatal que defiende los derechos humanos en el estado es de primera necesidad, sobre todo por los tiempos que vivimos en la actualidad, donde la discriminación, el acoso escolar y las agresiones contra periodistas se han convertido en una constante.

De ahí la importancia de que este asunto se destrabe del proceso en el que estaba, y que la actual legislatura realice con profundo cuidado el procedimiento, de tal manera que se garantice que puede existir una renovación del organismo, para que los nuevos titulares trabajen de manera inmediata para prevenir la violación de los derechos fundamentales de los tlaxcaltecas.

Tenemos pendientes importantes en el estado, sobre todo en lo que respecta a casos de acoso escolar, supuestos actos de discriminación en planteles educativos públicos y privados, así como la situación que enfrenta el estado desde hace varios años en materia de trata de personas con fines de explotación sexual.

Las y los diputados que hoy integran la actual legislatura, cuentan ya con un previo del conocimiento y desconocimiento que cada aspirante al Consejo Consultivo y a la Presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos tienen sobre el tema, después de haber sido evaluados públicamente por expertos en la materia, quienes los cuestionaron sobre los conocimientos básicos que deben de tener al aspirar a dicho cargo.

No debemos pasar por alto que la visión que el Congreso del Estado debe tener para nombrar a los responsables de tan importante organismo no debe ser de carácter político, sino técnico, anteponiendo de la capacidad y aptitudes de cada aspirante, y no como parte de una cuota política que responsa a intereses ajenos al bienestar de los tlaxcaltecas.

Independientemente de quien sea designado como titular del organismo, los pendientes sobre la mesa son muchos, y deben ser atendidos con profundo cuidado y dedicación, para establecer estrategias de prevención claras y contundentes, y trabajar de manera cercana con las instituciones gubernamentales, así como con el sistema educativo en el estado, en todos los niveles.

Nuestra confianza, pues, con las y los legisladores a la hora de definir el rumbo que habrá de tomar durante los próximos años la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Tlaxcala.

Nuevamente agradezco el favor de su lectura.