Día del albañil
1 de mayo - 2017

Por Ranulfo Rojas Bretón

La fiesta realizada en las construcciones el día 3 de mayo, “fiesta de las Santa Cruz”, nos muestra que el hombre en medio de sus esfuerzos se llena de alegría al contemplar la obra de sus manos y precisamente el día 3 a propósito de esta fiesta, asume el trabajo como la cruz que debe llevar con dignidad; una cruz que lo hace útil, que lo hace importante y que lo hace consciente de la importancia de su trabajo, un trabajo frecuentemente no valorado pero que lo hace sentirse orgulloso de realizar obras llenas de belleza. Obras que difícilmente serán suyas pues a pesar de construir casas, en muchos casos verdaderas mansiones, ellos mismos apenas y pueden tener unas casas de bajo nivel.

Los albañiles de nuestros tiempos, muchos de ellos mal pagados y con poca formación, frecuentemente son presa de los vicios, uno de los más presentes es el alcohol, tanto así que se ha hecho célebre una frase para indicar cuando se ha consumido mucho alcohol “me puse una de albañil en sábado”. Y es que los sábados, día en que se les “raya” a los albañiles, es el escenario para iniciar el consumo de las llamadas “chelas bien muertas” y pasar largas horas de la tarde y de la noche para estar con los cuates del “jale”. Muchos de los “maistros” han comenzado a trabajar de albañiles muy “chavos” apenas terminando la secundaria, si es que lograron terminarla, así que el nivel académico y cultural es bajo y eso los hace más vulnerables a la caída en los vicios. Ha sido de alabar el que muchos albañiles hayan logrado superarse y darles estudio a sus hijos, construir una casa y dejar a un lado los vicios e incluso vivir su fe de manera más comprometida, pero los hay y de verdad que son admirables. Qué difícil es para los jovencitos que ya tienen necesidad de trabajar y que lo hacen comenzando de “macuarritos” hasta ir subiendo y ser de “media cuchara”, el tener una visión más amplia, obvio que en el ambiente de trabajo difícilmente lo lograrán y así como de los vicios, inicia también su vida sentimental y no es raro que apenas contando una corta edad ya se vean comprometidos “juntándose” con alguna adolescente y comenzar una vida matrimonial a tan corta edad y en algunos casos, ya con el compromiso de tener hijos.

El mundo de los albañiles que magistralmente retrató Vicente Leñero en su obra los albañiles se repite en los ambientes de nuestro tiempo: pobreza, religiosidad, promiscuidad, ignorancia, abusos, alcoholismo, violencia, en fin, en muchos lados de pronto se nos aparece “Don Jesús” el bodeguero de Vicente leñero, contando todas sus peripecias y las historias que están ahí atrás de las obras, que están en cada rostro de los “maestros” de la cuchara que conocemos y que con sencillez nos abren parte de su vida y de su familia en un día como el de la Santa Cruz. Por todo lo que les debemos a todos estos hombres que pasan su vida entre el cemento, la varilla, la grava, el block, la mezcla y la plomada, una felicitación y el reconocimiento de gratitud porque gracias a ellos podemos contar con casas y construcciones para nuestras familias.

Con muchos sinsabores, pero con la alegría de colaborar a las obras de la creación, muchos albañiles y familiares de ellos, “pararán” la Santa Cruz y al estruendo de los cuetes, disfrutarán de una comida especial, música y bebidas que por un día les hará ver que esa cruz pesada que día a día llevan, también es una cruz festiva que hoy vale la pena celebrar.