Las Antípodas: Rendición de cuentas
18 de abril - 2017

Por Juan Manuel Cambrón Soria

“La ausencia del Estado no equivale solamente al fracaso de las instituciones, sino a la derrota colectiva de nuestra convivencia.” Mauricio Merino

Uno de los varios principios que son pilares de la democracia, es sin lugar a dudas el de la rendición de cuentas, entendida ésta como el mecanismo de control y evaluación de resultados de gobernantes, funcionarios y representantes populares.

La posibilidad que tenemos los ciudadanos de conocer el actuar, desempeño y trabajo de quienes gobiernan, no debe circunscribirse exclusivamente a la emisión de un voto, sea éste de castigo o refrendo una vez que concluye un periodo para el cual fue electo o nombrada una persona, sino que, por el contario, los responsables de los entes gubernamentales, sujetos al tamiz de la vida pública, debieran permanentemente informar y dar a conocer el resultado de su trabajo.

Pero en nuestro país, la constante ha sido siempre no sólo la opacidad, sino la falta de diálogo franco, certero, puntual, oportuno y permanente de cara a los ciudadanos, hayan votado o no por el partido gobernante o por el responsable de la conducción de la administración pública. Lo que observamos cada año, en los mal llamados informes de gobierno, son ejercicios de culto a la vanidad de los gobernantes, espacios para la salutación y besamanos de quienes aspiran a no perder sus chambas o sus negocios al amparo del poder público, y repeticiones cacofónicas de logros intangibles, que son exaltados como perorata por medios de comunicación afines a los convenios jugosos.

Estos derroches narcisistas no pueden asumirse como cumplimiento al prerrequisito democrático de la rendición de cuentas, son tan solo un accesorio de la parafernalia escénica del poder en México, que privilegia la tradición presidencialista, de circundar todo a un solo hombre.

Las naciones con avances más sobresalientes en la materia, son en su mayoría aquellas con regímenes parlamentarios, en donde la división de poderes está acentuada y el legislativo es un contrapeso real y profundo que equilibra las relaciones institucionales del sistema. En éstos regímenes (alemán, francés o inglés, por citar algunos) el diálogo y la evaluación en sí misma del gabinete frente al legislativo es constante, y la falta de resultados tiene consecuencias directas; la dimisión del cargo. Por ello, en países como el nuestro donde la tradición presidencialista se encuentra tan arraigada, las reformas que se emprenden para fortalecer al legislativo como al propio sistema de partidos, son formas para acrecentar la división de poderes.

Bajo este contexto, resulta claro asumir que el Congreso Federal como en las entidades, en tanto Poder Legislativo, son la representación pura de las distintas voces populares; por lo que es precisamente ahí donde debiera darse el ejemplo democrático de rendir cuentas. En Tlaxcala nuestra constitución se ha venido reformando para debilitar al legislativo y fortalecer al Ejecutivo; por ejemplo, en materia de rendición de cuentas de los funcionarios del gabinete, para que ocurra, debe mediar una “autorización” del gobernador; esto es una aberración anti republicana que debe corregirse.

A colación de los 100 días del Gobierno actual, creo que varios funcionarios debieran informar del avance y logros en sus responsabilidades, hablar de los pendientes y de las estrategias que implementaran para abatir los rezagos en diversas materias, sería sano que el mismo Gobernador dialogara en el recinto legislativo. Por esta razón, el PRD a través de sus diputados, solicitará en próximos días la comparecencia de algunos funcionarios, fundamentalmente de los encargados de la seguridad pública y presentarán una iniciativa para reformar la Constitución para que en las citas a comparecer no se tenga que pedir permiso a ningún otro poder; es necesaria la rendición de cuentas como un medio más para consolidar nuestra incipiente y a veces vilipendiada democracia.

La cuenta

Sigo pensando que el Gobierno de Marco Mena tiene muchos pendientes, sostengo que es un gobierno sin brújula y a la deriva; y en materia de seguridad las respuestas están siendo ínfimas o nulas; esta semana acumulamos el asesinato de un periodista en Calpulalpan, la cuenta mínima va en 23 hechos violentos sin respuesta ¿hasta cuándo?