Al menos 24 hechos de violencia extrema se tienen documentados entre el último semestre del año pasado y los primeros 3 meses de este 2017, de los cuales 22 siguen impunes. Pero hay otros delincuentes de cuello blanco que siguen gozando de impunidad, es la fecha que ningún ex alcalde es llamado a cuentas

Por Edgardo Cabrera

Al menos 24 hechos de violencia extrema se tienen documentados entre el último semestre del año pasado y los primeros 3 meses de este 2017.

Entre los casos destacan asesinatos que reúnen todas las características para ser considerados ejecuciones con el sello del crimen organizado, así como agresiones directas en contra de autoridades electas, policías y hasta docentes.

Sólo en este mes que está por concluir llamó la atención la emboscada contra policías municipales de Tequexquitla que dejó 2 uniformados muertos, el intento de asesinato del presidente de la comunidad San Isidro (mejor conocida por los apizaquenses como El Cuernito), los 2 ejecutados el martes en Tlaxco, así como el empresario abatido en Panzacola y ayer miércoles otro intento de homicidio cometido por un alumno en contra de un directivo de la UPT al interior de la propia institución.

Los levantados y torturados son cada día más recurrentes y forman parte de la lista de esos 24 hechos de extrema violencia.

Es claro que las autoridades fueron rebasadas, ni la policía municipal, ni la estatal o la federal han frenado la inseguridad, por el contrario, parece que en lugar de prevenir están en un ineficaz trabajo reactivo.

Lo más grave es que de la lista roja solamente se ha logrado la captura de los probables responsables de 2 casos:  una pareja de sujetos en Tlaxco que minutos antes balearon a una persona y quienes dijeron provenir de Veracruz y Nayarit, respectivamente. También ayer se logró arrestar al joven que apuñaló al director académico de la UPT.

Hablamos que 22 hechos siguen impunes lo que evidencia que, al igual que su antecesora, el procurador General de Justicia en el estado, Tito Cervantes, no ha dado el ancho para esclarecer los casos que han trastocado la tranquilidad de los tlaxcaltecas.

A escasos 11 días de que lleguemos a los primeros 100 del gobierno de Marco Mena, pero también de los presidentes municipales, vemos con preocupación que el primer gran fracaso de las nuevas autoridades es la inseguridad y la procuración de justicia, la solución es inaplazable y debe incluir hacer una limpia y ajustes en el plan de acción.

Otros criminales

Pero si la atención de la ciudadanía se encuentra en la delincuencia cotidiana que se vive en las calles, hay otros malhechores de cuello blanco que siguen gozando de impunidad.

Es la fecha que ningún ex alcalde es llamado a cuentas ante las autoridades judiciales, muy lejos se encuentra, por tanto, que pisen la cárcel y que reintegren el dinero público saqueado o mal aplicado.

Por ejemplo, nos enteramos que al interior del Congreso los panistas traen pleito casado con los perredistas que presiden la Comisión de Finanzas y Fiscalización.

Los reproches se desataron porque el diputado Alberto Amaro se negó a un acuerdo bajo el agua para aceptar de manera extemporánea las cuentas públicas de varios ex ediles azules, entre ellos el de Calpulalpan, Vicente Hernández Roldán y el de Tlaxco, Jorge Rivera.

Además está por sumarse a la lista negra el ex edil capitalino, Adolfo Escobar a quien le detectaron un presunto sobregiro millonario en la construcción del Polideportivo Carlos Castillo Peraza.

El asunto es que el PRD ya fue claro y están dispuestos a presentar las denuncias penales contra los ex ediles, incluidos sus correligionarios, que reprobaran su última cuenta pública, empezando por el amarillo Antonio Mendoza de Chiautempan, por lo que los azules no tienen cara para pedir impunidad para los suyos.

Ahora sólo resta ver si al final realmente se aplica la ley y se llega hasta las últimas consecuencias porque los agravios a la población son equiparables a los 22 hechos de extrema violencia que se encuentran impunes.