¿Víctimas o culpables?
6 de marzo - 2017

Por Ranulfo Rojas Bretón

La lucha de la mujer por ser reconocida, respetada, valorada y por lograr lo necesario para un desarrollo en igualdad de condiciones como las que tienen los hombres ha sido muy difícil y a pesar de los logros –que también son evidentes- aún persisten actitudes machistas y últimamente la misoginia ha estado más presente, tan así que se cuentan muchos casos de “feminicidio” en nuestra patria.

Sin querer hacer a un lado las luchas que se enfrentan, me parece que los temas pendientes en la vida ordinaria pasan mucho por cosas más sencillas y que tal vez por sencillas se sientan complicadas. La realidad que se vive en la convivencia social y que muestra claros signos de violencia contra las mujeres hacen que me haga varias preguntas: ¿De verdad son los hombres los necios que acusáis a la mujer sin razón, sin saber que sois la ocasión de lo mismo que culpáis? ¿De verdad son los hombres “en estos tiempos” los únicos culpables o la mujer tiene mucho que ver en ellos? Insisto en matizar “estos tiempos” porque el avance social y jurídico en el campo es muy evidente; hay leyes protectoras de la mujer desde niña, adolescente y adulta muy duras en contra de quienes las violenten, pero… siempre hay un gran pero… la aplicación y cumplimiento aún están lejos. Y de todo esto ¿El único culpable es el hombre? Me parece que no es el único culpable y no sé si sea el mayor culpable.

Me sorprende conocer a mujeres brillantes profesionalmente, mujeres que desarrollan un liderazgo importante, que incluso guían y aconsejan a mujeres; que conocen a la perfección sus derechos y que son capaz de enseñar lo dañino que es la violencia de género e incluso saben de las posibilidades legales y de asistencia social para favorecer el respeto a la dignidad y respeto de sus derechos; son mujeres no de clase baja y que tampoco carecen de formación académica, más aún, son mujeres de familias estables, pero, algo ha pasado en sus vidas que tal vez sin darse cuenta fueron permitiendo ciertas violaciones a cosas que pensaron “eran menores” o “detalles sin importancia” o “expresiones de amor” y dejaron que les limitaran sus actividades, que dejaran de estudiar, que dejaran de trabajar, que no visitaran a su familia, que no salieran con sus amigas, que no tuvieran secretos y dejaran abierto su celular, que le dieran a su pareja su contraseña de Facebook, o del celular, en fin, que permitieran les revisaran sus bolsos, su celular, su cuenta de Facebook, o sea, casi sin darse cuenta fueron perdiendo privacidad y libertad y se fueron convirtiendo en esclavas pues para todo tenían que solicitar permiso y esperar que se los dieran. Algunas permitieron que les levantaran la voz, que las ofendieran, que las golpearan e incluso fuesen violentadas sexualmente, bueno, muchas de ellas incluso son engañadas y ellas conocen y aceptan el engaño sin hacer nada más que “llorar su tragedia”. Así las cosas, se convierten en mujeres que han perdido su dignidad y hasta la vergüenza.

¿Por qué no han sido capaces de romper esas cadenas invisibles pero muy sensibles? Les pasa lo que a los elefantes en su domesticación. Cuando empieza la relación de pareja les sucede lo que a los elefantes cuando son bebés, les atan la pata a un clavo muy fuerte para su edad y él comienza a tirar con fuerza pero no logra liberarse de su atadura, lo intenta y lo intenta hasta que finalmente se cansa y se queda con la firme idea de que eso es imposible, así cuando crece en tamaño y fuerza, su instinto le señala la imposibilidad de liberarse y ya jamás hace el intento, ¿Qué ha pasado? Se acostumbró y se domesticó. Su fuerza es muy superior a la cadena y al clavo, pero su creencia es que liberarse es imposible.

Tal vez, muchas mujeres que sufren tipos de esclavitud, no se han dado cuenta de su fuerza, y creen que liberarse es imposible y no hacen ya nada por intentarlo más que resignarse y sufrir con cada violación a su dignidad y a sus derechos. Según yo, aquí si hay cierta culpabilidad porque hay información a montones y personas y amigas que les hacen ver tantas cosas pero lamentablemente se ciegan y espera un milagro que no sucede porque el milagro sería que decidieran comenzar a liberarse. Terminan según yo, teniendo culpa de lo que les sucede.