A unas cuantas horas de que concluya febrero nadie ha respingado para remover a Carreón de la dirigencia del PAN, pese a que su periodo ya venció. Ante la hegemonía del adrianismo, en caballo de hacienda se encuentran sus candidateables. Trasciende que Jesús Ortega y Jesús Zambrano apuntalarán la caída de Lorena ante su chaqueteo con el pejelagarto

Por Edgardo Cabrera

En el PAN estatal parece que se concretó la purga, tan es así que a unas cuantas horas de que concluya febrero nadie ha respingado para remover a Carlos Carreón de la dirigencia, pese a que su periodo ya venció.

Algunos se fueron por su propio pie, mientras que otros de los opositores a Adriana Dávila no han podido competir en la lucha por el control del partido en el estado.

Antes de que la suerte y el trabajo les sonriera a los adrianistas, se sabe que existían acuerdos internos para que en febrero se renovara la dirigencia que oficialmente concluyó su periodo en enero, sin embargo nada pasó.

El asunto es muy simple, para empezar los panistas lorenistas fijaron su rumbo; por ejemplo Sergio González fue integrado a la tropa del pejelagarto en Tlaxcala, donde por cierto todos padecen el virus del general y solo quieren mandar.

Otros como los “auroros” se han diversificado, para empezar Aurora Aguilar anda de lleno apoyando al poblano Rafael Moreno en sus aspiraciones presidenciales –aunque poco se le ve en Tlaxcala-. Mientras que la mano derecha de la ex diputada federal, Max Hernández Pulido, dejó de lado la grilla azul para integrarse como cabeza de la policía capitalina donde la priísta Anabell Ávalos le exigió rápidos resultados ante el grave problema de inseguridad en el municipio.

Aunado a lo anterior, dicho grupo no termina de reponerse ante el descalabro en la elección de consejeros donde perdieron no sólo en las urnas, sino también en los tribunales, hoy carecen de fuerza para pelear al interior del máximo órgano partidista.

Con dicho panorama Adriana Dávila, teniendo como único aliado al grupo de Adolfo Escobar, se afianza con el control de la presidencia del partido dejando a Carlos Carreón quien seguramente se quedará ahí hasta después de las elecciones del 2018.

En caballo de hacienda

Ante la hegemonía del adrianismo en el albiazul, en caballo de hacienda se encuentran sus propuestas a las diputaciones federales y la fórmula del Senado.

Para la Cámara Alta no hay vuelta de hoja en la apuesta de que sea Juan Corral quien encabece las candidaturas, su comparsa podría ser Adolfo Escobar, algo que dependerá del acomodo nacional y de la posibilidad de que en otras entidades coloquen 2 mujeres en fórmula.

Si bien Minerva Hernández anda como cabra loca por Tlaxcala, resulta que la diputada que llegó al escaño federal como cachirul por el Estado de México no ha logrado ganar la confianza del adrianismo como para ser la acompañante de Corral al Senado; saben de su habilidad para enquistarse y eventualmente desplazar a sus aliados de ocasión, de ahí que preferirían ceder el puesto a otra mujer de probada lealtad.

En las diputaciones no hay más, los nombres son la propia Adriana Dávila que podría ir por la dúplex (pluri y distrito), Adolfo Escobar, Carlos Morales, Guadalupe Sánchez y Juan Carlos Sánchez, claro, los cuatro últimos deberán alinearse y mostrar disciplina a la apizaquense. Otros adrianistas como los hermanos Gutiérrez no garantizan buenos resultados, ya quedó demostrado en su único bastión que era Apetatitlán donde perdieron ante el PRD.

¿Será?

Mañana dirigentes del PRD en varios estados del país, entre ellos Tlaxcala, sostendrán un cónclave en el CEN, la intención es aportar pruebas del chaqueterismo de algunos de sus cuadros que, sin tapujos y en actos públicos, han manifestado su respaldo al pejelagarto.

En el caso local, la lista la encabeza la ex candidata perdedora a la gubernatura, Lorena Cuéllar, y la intención es suspenderle de inmediato sus derechos partidistas y con ello forzar su salida de la Mesa Directiva del Senado para entregarle esa posición a un senador perredista leal, aunque parece que no tienen muchas opciones ante el revés que también les propinó el coordinador Miguel Barbosa que ayer anunció su respaldo a AMLO.

Sabemos que será el propio Jesús Ortega y el dirigente de la corriente Nueva Izquierda, Jesús Zambrano, quienes impulsen una postura en contra de la simulación y el oportunismo con el que se conduce la tlaxcalteca y otros perredistas.

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