Por: Silvia Helena Martínez Ocampo

El Gobierno del Estado le hizo la tarea no a 60, sino a 120 presidentes municipales, pues durante dos trienios, las autoridades dejaron en el abandono a sus municipios y fue el Estado el que tuvo que entrarle a las obras básicas por todos lados.

Quizá los casos más notables son Chiautempan y Apizaco, pues en esos lugares no solo se construyeron guarniciones, banquetas o introducción de drenaje y agua potable, en todas sus comunidades, sino que en coordinación con la federación se realizaron obras de infraestructura millonarias.

Y mientras esos pasaba, los baquetones de Antonio Mendoza y Jorge Luis Vázquez de Chiautempan y Apizaco, respectivamente, dejaron hacer y dejaron pasar de todo…El desorden, la anarquía, la corrupción y la inseguridad se apoderaron de sus municipios.

El resultado está a la vista de todos: Dos de los municipios más importantes de la entidad son lugares llenos de mugre, caos, contaminación y ausencia de poder. Chiautempan regresó a ser un pueblote lleno de malvivientes; y Apizaco vive una de sus peores épocas, sumido en la anarquía y la inseguridad pese a las grandes obras.

Resaca

A cinco meses del pasado proceso electoral, la guadaña amenaza las cabezas de algunos delegad@s federales que tienen sus días contados a raíz del cúmulo de traiciones al partido de su jefe el Presidente Peña Nieto.

El caso más representativo es el de Viviana Barbosa Bonola, quien sorprendentemente aún es delegada de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS)

Sus traiciones fueron evidentes en favor de Lorena Cuéllar Cisneros, no solo se cansó de promover y difundir a la candidata del PRD en sus redes sociales, sino que rayó en el cinismo pues dentro de la propia delegación a su cargo se desviaron recursos humanos, materiales y económicos para engordar las reuniones que organizaban para la candidata perdedora.

De lo anterior nada sabe, nada supo, Juan Molina Arévalo, el simpático poblano que cobra como delegado de Gobernación en Tlaxcala, un enano político con permanente diarrea verbal, bueno para el protagonismo y para los moles (todos); tanto que ya le dicen “el ajonjolí”.

El Instituto Electoral…Fatal

Los ladronzuelos del ITE están más preocupados por ver qué se roban y en qué se gastan los millones que les mandará el Gobierno del Estado que en hacer, aunque sea por una vez, bien su trabajo.

Resulta que de todos los partidos políticos que compitieron por un puesto de elección popular el pasado 5 de junio, solo los del PRI se han preocupado por cumplir con la ley al borrar todas sus bardas pintadas para promocionar a sus candidatos. No así lo otros partidos políticos, quienes literalmente se pasan al ITE y a las leyes por el arco del triunfo, pues por todo el Estado siguen sus bardas y ¡Nadie hace nada!