Derecho de la niñez a tener una familia
7 de noviembre - 2016

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Por Francisco Menacho Díaz

La Convención Internacional de los Derechos del Niño da a todo infante el derecho a una familia. El derecho a la familia permite relacionar a la niña o el niño con una historia y, sobre todo, le ofrece un perímetro de protección contra la violación de sus derechos. Los infantes alejados de su familia se convierten en víctimas fáciles de la violencia, la explotación, la trata, la discriminación u otro tipo de maltrato.

Desde un punto de vista sociológico, la familia es la célula básica de la sociedad, que tiene como origen un impulso genuinamente natural. El ser humano no ha sido nunca un ser o ente aislado, siempre ha vivido en sociedad. La necesidad de defensa y el propósito de aseguramiento de los recursos de subsistencia lo llevó a formar grupos más o menos numerosos, y la necesidad de reproducción y perpetuación de la especie lanzó a los individuos de un sexo en busca de los del otro, con tendencia directa a la procreación.

Desde un punto de vista jurídico, la familia es el conjunto de personas unidas por vínculos de consanguinidad o afinidad entre quienes se establece una red de derechos y obligaciones recíprocos que son coercitivamente exigibles.

El derecho de familia, como instituto jurídico especial, se ocupa de regir las relaciones jurídicas entre las personas unidas por vínculos del parentesco, de donde viene a constituirse el conjunto de normas jurídicas que regula las relaciones familiares.

El infante, para el pleno desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material. La sociedad y las autoridades públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente de los niños y niñas.

Los padres son los primeros que pueden actuar en nombre del menor y hacer respetar sus derechos. El padre y la madre usan sus derechos y cumplen sus deberes decidiendo en el lugar de su hijo. Tienen por objetivo proteger al niño asegurando su educación, su desarrollo, su seguridad, su salud y su moralidad.

Vivir en familia es uno de sus derechos más importantes y para todo niño, niña y adolescente la familia es el lugar en el que deben sentirse seguros, reconocidos, queridos.

Pero no solo los padres tienen responsabilidades sobre los cuidados. También el Estado, las empresas y los organismos de cooperación internacional tienen obligaciones que cumplir. Asimismo, la comunidad tiene compromisos con la niñez y la familia, como por ejemplo facilitarles el acceso a servicios de ayuda, disponer de lugares para que los escuchen y ayudarlos cuando lo necesiten.

Todas las familias pasan por dificultades y momentos de crisis. Esto no quiere decir que los padres no puedan cuidarlos adecuadamente. Es más, en algunas familias estos momentos permiten el intercambio de ideas en el que los menores pueden expresar qué quieren y desean, y así salir de esas crisis con relaciones fortalecidas. Pero, en algunos casos, estas dificultades no les permiten cuidarlos adecuadamente.

El respeto de los derechos humanos de las niñas y los niños es necesario para su desarrollo humano en la comunidad. Estos bienes incluyen la vida misma, la salud, el conocimiento, el trabajo, la comunidad y la religión. La importancia de la mediación social de la familia es innegable. Es algo que conserva todo su valor, no obstante los cambios que durante la historia han afectado la conceptualización del término familia.

* Defensor de derechos humanos adscrito a la Sexta Visitaduría General de la Comisión Estatal de Derechos Humanos