Por Mauricio Hernández Olaiz

Hace unos días tuve la oportunidad de visitar el puerto de Acapulco por motivos de trabajo, me hospede en el Resort mundo imperial, un espectacular hotel en la zona diamante, de las más lujosas y nuevas en el puerto guerrerense.

Lo primero que llamó mi atención fue la baja afluencia de turistas, pensé que por ser principio de semana o bien el mes de octubre eran el motivo del bajo hospedaje, tal vez la tarifa elevada del hotel (finalmente yo iba con gastos pagados). Concentrado en mis actividades deje de lado mis pensamientos sobre escases de personas que hacen de este puerto el más importante destino turístico de nuestro país.

Desde 1565; año en que España abrió la ruta marítima con Asia, Acapulco se volvió el puerto principal de América para que los Galeones de Manila o Nao de China trajeran sus cargamentos al nuevo mundo, desde entonces el puerto se convirtió en un punto medular para el comercio de todo el continente.

El Puerto de Acapulco fue declarado en 1591 el sitio oficial de comercio entre Asia y América, dando así origen a la Feria de las Américas, época en la que Acapulco se transformaba y llenaba de esplendor. Esta es una de las primeras incursiones en la industria de la hospitalidad, fuente principal de empleos y generador de divisas para la región.

Con la salida de los españoles en 1821, Acapulco se mantuvo fuera del flujo de desarrollo de todo México hasta el siglo XIX, cuando el mejoramiento de caminos y servicio aéreo, conectaron al Puerto con la Ciudad de México. En 1955, se abrió una nueva carretera que hizo el viaje desde la Ciudad de México mucho más fácil y accesible. Poco tiempo después, Acapulco se declaró como lugar de diversión y entretenimiento internacional para la élite de Hollywood y los famosos y ricos de todo el mundo.

Circulaba por la famosa costera Miguel Alemán cuando comencé a percatarme de algo que ya había escuchado en distintos medios de comunicación, pero ahora ante mis ojos no podía dejar de sorprenderme lo solitario de la costera y sobre todo la gran cantidad de comercios cerrados. Desde pequeño tuve oportunidad de vacacionar en Acapulco, jamás le vi tan decrépito, jamás tan solitario.

Las cifras de los índices delictivos, asesinatos, crimen organizado los encuentra por doquier, son cifras, sí….. Espeluznantes, pero cifras al fin, pero ninguna refleja la magnitud de la caída del centro turístico por excelencia.

Hoteles de lujo con ofertas inimaginables, habitaciones de hasta $300 pesos por noche en ocupación doble, promociones, gangas, bebidas gratis, paseos al 50% se pueden ver por doquier. “Se buscan clientes” ponía una enorme lona al frente de un tradicional restaurante de mariscos, que por su soledad, apenas disponía de unas cuantas mesas para ese personal tan solicitado, locales vacíos que en sus días de esplendor albergaban agencias de viajes, academias de buceo, artesanías, dulces típicos, joyería…centros y espacios de placer, discos, bares, solo el recuerdo de mejores épocas.

Dicen los lugareños que más de 8100 negocios han cerrado en el puerto en los últimos 8 años, la extorsión, el cobro de derecho de piso por parte de las mafias locales ha causado esta hecatombe. En verdad no hay cifra o nota periodística que refleje, que pueda de alguna manera mostrar el daño patrimonial e histórico que está sufriendo Acapulco, solo con sus propios ojos y un poco de investigación podrá dar fe de lo que aquí le narro.

También en las noticias se dice de los programas de seguridad para el puerto, de las inversiones multimillonarias para su rescate, del renacimiento de Acapulco, pero eso al momento es solo bla bla bla, en la realidad hay abandono, tristeza, muerte, pobreza, no son pocos los empleados del hotel que recomiendan no salir del mismo a menos que sea estrictamente necesario…..”Mejor disfrute de nuestras instalaciones, restaurantes y espacios recreativos, no tienen a que salir a otro lado” afirma Rodrigo, el bell boy del lugar, y no solo lo recomienda por motivos de seguridad, sino también para que el huésped deje su dinero ahí para con ello poder mantener sus empleos.

Según información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) de la Secretaría de Gobernación (Segob), hasta Septiembre de 2016 en Acapulco ha habido 626 ejecuciones, más de la mitad de los homicidios sufridos en el estado, que llegan ya a 1126.

Pero ¿Cuándo, cómo, porqué, se dejó a Acapulco a su suerte? ¿Cómo se permitió que este sitio turístico famoso en todo el planeta cayera a estos niveles de ingobernabilidad? Lugareños afirman que los pactos rotos entre las bandas del crimen organizado (incluyendo claro a los partidos políticos y gobernantes) detonaron la debacle, la lucha por un territorio rico y fructífero le está dejando en la desolación ante la total indiferencia ¿o complicidad? de las autoridades locales y federales.

Rodrigo afirma que pese a todo hay buenas fechas de ocupación en las fechas tradicionales, como son la semana santa, fin de año, verano, “pero lejos de como era antes, y con esos días de buena afluencia las autoridades quieren tapar lo que en verdad sucede por acá”…Y ¿qué sucede? Le pregunto, ”Pues que estamos contra las cuerdas”.

Todo comenzó, afirman, con solo rumores, psicosis, leyendas urbanas, luego se fue transformando en realidad, la delincuencia incrementó, en un puerto aparentemente vigilado y pacífico, en 420% EN SOLO 8 AÑOS…”De Zeferino Torreblanca a la fecha se nos desmoronó la casa, pero con Ángel Aguirre todo se acabó de amolar” nos dice Don Justino Salas, encargado de los servicios de jardinería del lugar. Ambos gobernadores tienen cifras históricas de incremento de inseguridad, de baja de inversión y de crecimiento de bandas que hoy luchan por el terreno, Aguirre se fue luego del escándalo de Ayotzinapa y el interino; Rogelio Ortega Martínez, es “solo un pelele de los poderosos”.

Justo un día antes de que volviéramos a casa…”Mataron a alguien en una pastelería” contaba una empleada de recepción en el lobby del hotel…”íbamos pasando por ahí y oímos los disparos y tipos corriendo por todos lados, otro más” contaba con consternación y angustia….Investigué y aunque de inmediato no pude encontrar nada en los portales informativos locales, días después confirmé que el hecho si había tenido lugar, dos jóvenes estudiantes fueron balaceados en su trabajo…

La nota podrá verla en los siguientes enlaces.

http://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/10/24/1124134

https://guerrero.quadratin.com.mx/dios-ya-esta-violencia-clamaba-la-joven-la-pasteleria/

Hace 10 años en Acapulco las autoridades, prensa, especialistas afirmaban que no pasaba nada, que solo se estaba generando psicosis entre los habitantes, “estamos bien, son casos aislados”, finalmente la inseguridad creció, la mafia controló la plaza y hoy el puerto está contra las cuerdas.

Pero ¿Dónde se han escuchado recientemente esos mismos pretextos?…Pues en Tlaxcala, por acá “tampoco pasa nada”, “También se está generando psicosis, “que es culpa de una ex candidata” “son solo casos aislados “, “delitos aparentes no comprobables”. Más vale no esperar a que nos pase, nadie puede negar hoy que los índices de criminalidad han crecido en los últimos años. Imaginen si se permitió que Acapulco llegara hasta donde está siendo el puerto turístico por excelencia, ¿Qué no nos pasará a nosotros? Estamos a tiempo, muy a tiempo…no vayamos pronto a decir también…¡Estamos contra las cuerdas!