El Sismo que necesitamos…
21 de septiembre - 2016

mauricio_olaiz

Por Mauricio Hernández Olaiz

Recordemos lo grandes que podemos ser

Hace 31 años México fue sacudido por un pavoroso terremoto, los que estuvimos ahí lo recordamos claramente, y los que no lo vivieron, seguramente lo habrán escuchado en alguna de las miles de anécdotas, historias de vida, historias increíbles, algunas de supervivencia, otras de triste lamento.

Desgraciadamente los mexicanos tendemos a olvidar….sí a olvidar.

Olvidamos lo grande que fuimos para poder para levantar nuestra capital, ante un gobierno superado, exiguo y hasta inerte.

Olvidamos lo grande que fuimos en cada rincón de nuestra república, millones de muestras de solidaridad, humanismo, compasión, hermandad, valor, millones de mexicanos que se convirtieron en uno con una enorme fortaleza y fe, con el único objetivo de renacer de las cenizas.

Por todo eso…por ese recuerdo de solidaridad vivida hace tres décadas, por esas millones de manos que fueron una, por ese luto sentido y a la vez complaciente, por todo eso hoy me pregunto:

¿Nos olvidamos de nuestra hermandad?

¿Nos volvimos inmunes ante la naturaleza, inmunes de nuevo ante los gobernantes? ¿En que momento nuestros vecinos, compañeros y colegas, se volvieron extraños?

¿Acaso de nuevo olvidamos que se siente ser mexicano?

A 31 años del sismo que nos hermanó… hoy…preferimos discutir, pelear, pisotear vengar, denigrar, ser solo críticos del sistema político-social en redes sociales, parásitos de un sistema que nos desinfecta sin reproche, absortos en las nuevas tendencias, las reformas…

Damos muestras de ser un país machista, misógino, feminista, de izquierda, de derecha, de centro, de nada, al final solo utópicos radicales, mafias del poder inmersas en todos lados, si eres tri, azul, amarillo o moreno, le robas al país que te tendió la mano, al hermano que te sacó de los escombros.

De nuevo somos solo una sociedad consumista, racista, sexista…homofóbica, tradicionalista, porque el temblor se llevó a todos por igual, sin importar edad, raza, preferencia sexual o situación económica, no dividió, no consideró quienes eran mexicanos de primera, segunda o tercera, a los que decidió aplastó, al resto que sobrevivió lo dejó en nuestras manos que tampoco se preocupó por su estatus o color, o preferencia amorosa, solo lo sacó, le dio la oportunidad de nuevo respirar y hermanarse con el resto.

¿Tendremos acaso que vivir otro terremoto como ese del 85 para recordarnos quiénes somos???

¿Qué más nos necesita sacudir?? ¿Solo un sismo?, porque la casa blanca de Peña y Angélica, o su depa en Miami, la de Videgaray en Malinalco o la de Osorio en las Lomas nos mantuvieron inertes, los 43 de Ayotzinapa medio nos volvieron a despertar pero de nuevo con el paso del tiempo, caímos en el eterno sueño de los justos e Injustos.

México necesita, antes que nada, actuar con congruencia, sí exigimos… Cumplamos con lo que nos corresponda.

Exigir con honestidad, agradecimiento, orgullo de pisar y besar el suelo de nuestro México!!

Honrar nuestra bandera, ser ciudadanos críticos analíticos, informados pero responsables, pedirle cuentas a Monreal y su abogado, a López Obrador, a Peña, a Mariano, tengamos memoria crítica para conocer y reconocer a los nuevos aspirantes a presidentes municipales, presidentes de comunidad , diputados, senadores, presidente.

Si preferimos seguir en el limbo, en el olvido, en la diferencia, e indiferencia, no nos quejemos.

México necesita a hermanos como los del 85, un sismo que nos mostró que juntos levantamos hasta monumentos y palacios, que hoy…hoy disfrutan aquellos que supieron hacernos dormir en nuestros laureles.

*Texto general de Sandra Karla López Ayala, arreglos y adjuntos de @olaizmau