Es por México
20 de septiembre - 2016

fernando_tamayo

Por Fernando Tamayo

Se cumplió un año más del aniversario del inicio de la Independencia mexicana, fecha que nos permite valorar, enarbolar y reconocer a todos aquellos que con su iniciativa y valor hicieron de nuestro país una nación autónoma.

Pese a que el movimiento impulsado por el sacerdote Miguel Hidalgo en aquella madrugada del 16 de septiembre de 1810 contaba con otros muchos objetivos que el solo hecho de que México fuera un territorio emancipado de la Corona Española, la realidad es que gracias a muchos otros hombres, en 1821 nuestro país alcanzó la capacidad de auto-determinarse y de esgrimirse como un verdadero Estado frente al mundo.

Si bien es cierto para muchos ciudadanos el día de la Independencia Nacional no es una fecha digna de celebración dadas las enormes carencias que aún viven gran parte de mexicanos, también es verdad que dicho acontecimiento marco la pauta para el desarrollo de las instituciones, los derechos y la legalidad, de la que ahora podemos congraciarnos.

Y aunque la falta de satisfacción de las necesidades colectivas por parte de las instituciones es innegable, lo cierto es que el reconocimiento de un acontecimiento como el que se celebra año con año el 16 de este mes no puede minimizarse y mucho menos evadirse.

Hoy, los pendientes son muchos y no debemos dejar de lado lo obtenido hasta este siglo XXI. A pesar de que no somos una Nación cuyos estándares de nivel de vida alcanzan los de los llamados países desarrollados, debemos observar otras muchas bondades que como mexicanos tenemos. Debemos sentirnos orgullosos por ser el primer Estado en promulgar leyes reformistas como lo fue la primera Constitución social del mundo moderno, contar con hombres celebres como José María Morelos y sus Sentimientos de la Nación, como Zapata que dio identidad y voz a millones de mexicanos en la época de la Revolución. Debemos reconocer y valorar nuestra riqueza cultural e historia milenarias.

El festejo del 16 de septiembre debe ir más allá de solo resaltar la labor de los Insurgentes y de quienes dieron su vida para construir y constituir México. Esta fecha debe servir como escenario principal a través del cual destaquemos el valor de ser mexicanos, enarbolemos la importancia que tiene el respetar y reconocer nuestra historia, esa que nos hace ser distintos a otros países y que nos permite ser una de las naciones más queridas y reconocidas a nivel Internacional.

Las fiestas patrias deben dejar de ser el pretexto perfecto para convivir con familiares y amigos, y convertirse en las celebraciones mediante las cuales podamos sentirnos orgullosos de ser mexicanos y servir para rendir un homenaje a las Instituciones Nacionales, a sus creadores y protectores, pero sobre todo, deben ser el marco para transmitir los valores cívicos a las nuevas generaciones.

Sin una adecuada educación cívica ninguna nación es capaz de superar sus diferencias y mucho menos alcanzar el desarrollo que tanto deseamos los mexicanos, pues a pesar de todas nuestras diferencias, creencias y enseñanzas, todos y cada uno de nosotros, somos y seremos siempre mexicanos. Al tiempo.

www.miradasdetalante.blogspot.com

fernandotmy@gmail.com

twitter.com/fernandotmy